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El Madrid vuelve a tener Segunda Unidad

Una hora con los titulares, media hora con los suplentes y siempre superior a la Juve. Así se puede contar el partido del Rose Bowl de Los Ángeles, abarrotado. El fútbol de nuestros grandes equipos europeos arrastra masas en Estados Unidos, que ponen un fondo de cuadro bonito a estos partidos de madrugada en los que el mayor interés es analizar las novedades. Las del Madrid quedaron para la última media hora salvo Rüdiger, que compareció justo tras el descanso, guiño de Ancelotti como para decirle no eres titular ni suplente sino un poquito de cada. Se ve que le gusta, pero se siente seguro con la pareja Militao-Alaba, que le resolvió la temporada.

El equipo de salida fue el de la final contra el Liverpool, incluido Valverde, cuyo trabajo insistente y fuerte disparo se va imponiendo a la discontinuidad de Asensio y Rodrygo. Me gustó que en este partido de tronío ante otra de las grandes marcas del fútbol europeo, Ancelotti dijera eso de “estos son mis poderes” mostrándole a Allegri a su alineación laureada. Y jugaron a la altura de su prestigio. Mejores que la Juve en todo, se fueron al descanso con 1-0, penalti provocado por Vinicius y transformado por Benzema, y en el primer cuarto de hora de la continuación le siguieron pintando la cara a la Juve, que no se encontraba. El 1-0 se quedaba corto.

Y lo mismo hizo la segunda unidad, salida en tropel (nueve de golpe, Rüdiger ya estaba, como dije, desde el descanso) en el 62′. Consiguieron otro gol, en una aparición sorprendente de Vallejo en el área con entrega a Asensio, que vive agarrado a sus goles, y hasta arrancaron olés del público en alguna larga y estilosa posesión, sacando el balón de atrás con apoyos y toques. Bien la media Ceballos-Tchouameni-Camavinga, bien todos salvo quizá Hazard, presunto suplente de Benzema, que ahí hace que puede pero de momento es muy poco. Salvo eso todo resulta tranquilizador en el Madrid, que muestra una segunda unidad casi a la altura de la de 2017.