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El Madrid se pone en marcha

Motivación. En el deporte solo hay una cosa más difícil que ganar, y es volver a ganar. La mente humana es así. Somos capaces de afrontar y superar casi cualquier adversidad en pos de lograr nuestro objetivo, por complejo que sea, pero, una vez conseguido, inevitablemente te relajas. Contra esta situación, además de contra los rivales, deberá luchar el Real Madrid tras su éxito mayúsculo de la 2021-22. A pesar de que muchos de los futbolistas de la plantilla ya tenían la barriga muy llena de títulos, tuvieron una actitud repleta de humildad y lucha en el terreno de juego, lo que llevó a los blancos a superar situaciones límite en el transcurso de las competiciones. Para lograr esto hay que estar mentalizado para sufrir y ahí Ancelotti debe hacer un gran trabajo para que nadie pierda un ápice de hambre.

Verticalidad. Comienza el fútbol oficial, por fin. Esto es lo de casi siempre, el Madrid quiere ganar la Supercopa, obvio, pero para el Eintracht es el partido del año. Cero confianzas. Por lo comentado de la motivación, porque llevan más rodaje en cuanto a partidos oficiales y porque hablamos de un equipo peligroso. Vienen de caer con estrépito contra un Bayern que fue un rodillo, pero los de Oliver Glasner ya han demostrado que tienen muchas virtudes. Siempre hablo de que lo que más desordena a los rivales, e incluso los partidos, es la verticalidad, no confundir con jugar directo. El Eintracht casi todo lo concibe desde esta cuestión. Las conducciones de los centrales son decididas y si tienen espacio caminan todo lo posible con idea de dividir o juntar a los oponentes para liberar compañeros. La idea de los centrocampistas, de perfil de ida y vuelta, también es progresar lo antes posible –aunque casi siempre en combinación– para conectar con los dos mediapuntas o los carrileros.

Nombres propios. El hecho de tener centrales que caminen con el balón junta al rival en el medio, así que muchos de los ataques terminan por fuera. Kostic no jugará pero sí Knauff. El alemán es más desordenado y menos claro, pero tremendamente peligroso por su verticalidad y velocidad. En cuanto al once destacar a Mario Götze, recién fichado y que contra el Madrid jugará de mediapunta. Quizá contra rivales de menor entidad lo hará en el doble pivote formando un equipo más ofensivo.

Vulnerabilidades. Su mayor debilidad a nivel colectivo es la velocidad de los centrales y el propio nivel de los mismos. La sorprendente retirada prematura de Hinteregger con tan solo 29 años les ha hecho mucho daño, ya que, para mí, era el mejor futbolista en esa línea. El Eintracht presiona agresivo, alto y bien, pero cuando le superas la presión, como hizo el otro día el Bayern con asiduidad, sufren una barbaridad a campo abierto.