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El Madrid, el equipo TikTok

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El Real Madrid es el equipo que más se parece a la generación actual, la Z, la ‘ya’ o como la llame el sociólogo de turno. Los jóvenes quieren emociones fuertes, todo el rato y sin esperas. Sin paciencia. Satisfacer necesidades cada 10 minutos moviendo el pulgar. Y el Madrid reaccionó el año pasado con una ‘Copa de Europa TikTok’ con subidones inesperados en tres eliminatorias diseñadas para un storie de Instagram. Después de eso, ya todo es rutina y aburrimiento. Es lo único que explica ese sentimiento de insatisfacción que dejó en algunos madridistas el 2-0 contra el Chelsea.

A la cultura emocional del todo o nada se suma en el madridismo cierto pesimismo con el actual equipo. Nadie cree que le quede zumo a Modric, Kroos y Benzema, por lo que los madridistas tienen el ataúd comprado desde hace años sin estrenar. O quizá soy yo, pesimista irremediable, el que piensa que en cualquier momento un equipo inglés nos rebobina a la desesperación de Arrigo Sachi, López Caro, Gravesen y Cassano. Por eso victorias como la del miércoles o la del Camp Nou me parecen exhibiciones históricas, de un enorme valor. Es sencillo, no me lo esperaba.

Pues yo quiero lo del año pasado todo el rato”, me comentaba una compañera madridista el jueves. “Qué quieres que te diga, yo ahora prefiero una peli, manta y hamburguesa. No se puede vivir siempre al límite”, le contesté parodiando al “conformista” de Pantomima Full. Pero el Madrid no es una pareja fácil. Una victoria en Liga es una cena con los suegros cada domingo. Un 2-0 con gol a los 20 minutos de cada parte es un filete a la plancha con brócoli. El planazo para cualquier afición del mundo es una peli sueca de sobremesa de Antena 3 para las expectativas emocionales madridistas.

Remontábamos en defensa propia”, recuerda Jorge Valdano de aquellas legendarias noches europeas de los 80. Al peso de la obligación de ganar, los de Ancelotti suman ahora el de emocionar. No nos basta con una buena peli de 90 minutos, queremos cinco temporadas, con doce capítulos trepidantes. Generación Vini.