Camino de la final y de la excelencia
Al Atleti le queda solo una bala, y aunque no es de cañón, como diría Jorge Valdano, es de un calibre más que respetable. La Copa del Rey salva temporadas en épocas de hambruna y es el final de fiesta que nadie quiere perderse. El trofeo decano marca también la diferencia existente entre una buena temporada y la excelencia, el doblete. La perfección es la triple corona, que en España solo ha lucido el Barça: Liga, Copa y Copa de Europa.
Curiosamente el Barça la alzó en dos ocasiones coincidiendo con el debut de un entrenador: el primer año de Guardiola y el primero de Luis Enrique. Van Gaal hizo el doblete en su estreno, Venables conquistó la Liga tras 11 años de sequía, y Cruyff ganaría la añorada Recopa también en su primer año, antes de cambiar para siempre la historia de Can Barça. Que me alcance la memoria, solo otro holandés, Rikjaard, se quedó en blanco en su primera campaña antes de ganar dos Ligas y una Champions. Ninguno de los antes citados lo tuvo fácil, siempre hubo un momento en que su historia estuvo a punto de descarrilar, como antes del cabezazo de Bakero en Kaiserlautern. Esta noche, la primera final de la era Flick depende de un partido a cara o cruz contra un rival herido e implacable en su campo. No es fácil recordar una derrota del Atleti en el Metropolitano en una eliminatoria desde la llegada de Simeone. Mejor no hacer apuestas.
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