Borja Iglesias, un ejemplo; Virgili, un jugador especial
Todo lo hace bien
A Borja Iglesias (32 años) hay quien no le mira con buenos ojos. Vayan a saber por qué, si hay extraños e injustos motivos detrás de esa corriente, pero resulta una sinrazón pública. Al menos, Giráldez y también ya Luis de la Fuente no tienen dudas sobre su contribución. La influencia del delantero en la arquitectura ofensiva del Celta ofrece plenas garantías. No se trata de un goleador al uso, que también, con seis tantos entre Liga y Europa League en este principio de curso, sino que destaca en numerosos más registros. Su juego de espaldas ofrece un hilo del que tirar a su equipo y sus movimientos confunden a los centrales. Zubeldia y Caleta Car sufrieron la pericia de Borja Iglesias este domingo en la visita de la Real al Celta cada vez que tenían que salir de zona para intentar atarle en corto. No lo lograron casi ninguna vez, como sucedió en la jugada del 1-0 de Pablo Durán. Ese desmarque en apoyo encendió toda la acción y sintetizó con fidelidad la importancia de un delantero que es mucho más que eso. Borja promedia una ocasión clara de gol creada por partido y apenas seis pérdidas. Son números que sugieren su fiabilidad. En un Celta peleado con la victoria en la Liga, de empate en empate pese a merecimientos mayores, Borja es un seguro y un ejemplo en todo.
La irrupción
Jan Virgili es un jugador especial. Con 19 años, de regreso del Mundial Sub-20 en el que tan grata impresión dejó, Arrasate le confió la titularidad en un escenario de aúpa contra un Sevilla disparado. Y el joven extremo, sobre el que el Barcelona se guardó una opción de recompra —hubiera sido un error inexcusable no hacerlo—, respondió con un fútbol atrevido y rotundo que alimentó la remontada del Mallorca. Su crecida durante el partido fue imparable, con conducciones y acciones de desequilibrio (seis regates completados) de extraordinario impacto. No lo hizo de cara a la galería, pues tuvo una participación directa en dos de los tres goles con conducciones y entregas en el momento justo como su asistencia a Muriqi en el 1-1 o la apertura a Mojica en el 1-2. En definitiva, Virgili tiene una pinta fabulosa y la fórmula del éxito a mano. El salto final será alcanzar la regularidad que todo talento joven necesita.
Propuestas frente a frente
Sin goles, que no sin ocasiones, acabó el partido entre Elche y Athletic. Un duelo más que interesante por todos los matices tácticos que proponen ambos equipos bajo el sello de sus entrenadores. Quiso Ernesto Valverde neutralizar la salida de balón de los de Eder Sarabia aceptando la superioridad numérica de los tres centrales del Elche y utilizando los extremos para tapar a los carrileros con la idea de que los locales tuvieran que jugar en largo. Después, optó por ir más en individual y los extremos sí saltaban a los centrales. Aun así, el Elche tiene mil y una soluciones como meter a Núñez por dentro, apoyarse en Aguado, salir en conducción con Febas o jugar de manera directa con Mir y André Silva. Es por eso que el dominio del encuentro siempre lo tuvo el bloque de Sarabia, con un 68,7% de posesión y una precisión en los pases superior al 87,1%. El Athletic no estuvo fino en las transiciones y, si alguno estuvo más cerca del triunfo, fue este Elche que no deja indiferente a nadie.
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