NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Ancelotti ya se ha ido

Actualizado a

Que ya se sepa que Carlo Ancelotti dirigirá a la selección de Brasil a partir de junio del 2024 tal y como anunció Ednaldo Rodrígues, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), es una noticia buenísima para todo el mundo menos para el Real Madrid. Enhorabuena al técnico, a la CBF y a los futbolistas brasileños que tendrán la suerte de ser dirigidos por él, pero por mucha pátina de normalidad que pretenda el club -es decir, Florentino Pérez- darle a la noticia, no cuela.

No es una cuestión de poner en duda la profesionalidad y capacidad de un entrenador como Ancelotti a estas alturas. Por supuesto que podrá dividir su atención y hacerse cargo de los dos curros porque uno de ellos, la selección, no requiere ya, ahora, de su presencia física permanente, aunque sí que le ocupará espacio y esfuerzo mental. Dando por sentado que tiene aptitudes para compatibilizar una cosa y la otra, la clave está en cómo será percibido por la plantilla y la afición. Porque cuando uno empieza a irse, ya no está. La autoridad, el peso, el crédito, incluso la fe, no serán la mismas y al primer bache- que lo habrá, tarde o temprano lo habrá- se intuirán curvas imposibles que convertirán el camino en un barrizal. Ante la primera duda en el proyecto -que por ahora no tiene ni delantero centro de referencia- el recurso fácil será que Ancelotti está con la cabeza en Brasil. Ante la primera derrota seguida de un empate y una decisión técnica/estratégica polémica -cualquier cosa lo será, hasta los cambios- que ya le da igual y para lo que le queda en el convento…

Entretenidísimos con Mbappé ahora sí, ahora no, la noticia de la confirmación de Ancelotti como seleccionador brasileño corre el peligro de pasar como una anécdota. Como si al Madrid le pudiera entrenar cualquiera y no fuera importante. Como si los jugadores no olieran la sangre. Como si estuviera bien empezar la casa por la ventana y olvidarse de los cimientos. Como si no pasara nada. ¡Y vaya si pasa! Está pasando, vaya: que el Madrid empieza sin Ancelotti.