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Ancelotti no nos deja ver cantera

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Llegados a los octavos de la Copa del Rey, siguen en carrera Madrid, Barça, Atlético, Athletic, Real, Valencia, Sevilla, Osasuna, Betis, Espanyol, Villarreal, Mallorca… Digamos que no se ha roto nada. Este contraste a veces difícil a un solo partido, a veces en campo embarrado o de césped artificial no ha roto nada. A octavos ha llegado lo más florido de la Primera División más tres segundas de gran pedigrí, Sporting, Levante y Alavés, y sólo un representante del fútbol de más abajo, el Ceuta, que milita en la Primera RFEF. Un respeto a Ceuta, que nos legó dos glorias como Pirri y Migueli. Y antes que ellos, a los hermanos Lesmes.

Decía que no se ha roto nada. Este sistema incorpora el riesgo de eliminar grandes en esas primeras azarosas eliminatorias, lo que podría debilitar la Copa. Otras veces ha pasado, porque entre el campo extraño y la emoción del local, el visitante de lujo puede despistarse. Ya vimos las dificultades del Barça ante el Intercity y el poco margen del Madrid en Cáceres. Pero a mí me gusta que el fútbol copero le pase esta garlopa al mimo en que viven los grandes clubes; les estimula a despertar alertas dormidas que les pueden servir después para ocasiones mayores. Y si alguno de ellos cae, y con alguno ha pasado, es porque le faltó el temple preciso.

También vale para ver a gente a la que habitualmente no vemos. Por ejemplo, a Pablo Torre, interesantísimo por la claridad con que con un solo toque aclara el panorama. Pero sobre todo a otro Pablo, Barrios, un hallazgo del Atleti en su cantera. Los que llegamos a ver jugar a Adelardo reconocemos en este nuevo jugador aquellas virtudes del pacense: activo, sensato, buena técnica sin alardes estériles de suficiencia, hace siempre lo pertinente, ve y se deja ver, apoya y se apoya, llega y marca… Una lástima que Ancelotti no haya aprovechado la ocasión de Cáceres para ilusionarnos con la cantera. Me resisto a creer que no haya nada.