Al Sevilla le fortalece la leyenda
En 2005, el Sevilla celebró su Centenario. Luego alguien creyó descubrir que la verdadera fecha de la fundación data de 1890, después elevada a oficial, pero de aquellos actos del Centenario celebrado en 2005 nos quedó ese himno inspirador en el que yo fijo el arranque de una nueva época del Sevilla, la que le ha hecho saltar de escala. No es que el Sevilla fuera poco antes, en España siempre perteneció a ese reducido grupo de los conocidos como ‘equipos de campanillas’, vieja y bonita expresión perdida que calificaba así a los que eran esperados con emoción. Pero es que ahora sus campanillas resuenan en Europa.
Porque ya el año siguiente, 2006, el Sevilla ganaba su primer título europeo en Eindhoven, al Middlesbrough. Evocando aquello, me decía años después Pablo Blanco que cuando se vio allí, entre aquella riada de millares de sevillistas eufóricos, tuvo la sensación de estar viviendo algo único. Bueno, pues no era único, sino que se ha ido repitiendo en el tiempo con una frecuencia tan insistente que ha hecho que ya conozcamos al Sevilla como el Real Madrid de esta competición, hoy Europa League, antes Copa de la UEFA. Un viaje largo y feliz en el que resuenan muchos nombres propios, entre ellos el del siempre añorado Puerta.
Puerta le marcó al Schalke aquel gol fundacional del mito. Luego vinieron sucesivos momentos inolvidables, siempre avalando el ‘dicen que nunca se rinde’, momentos mágicos que vuelven a la memoria en cuanto cierras los ojos y los convocas. Ahora llega la séptima final tras dejar fuera al Manchester United y la Juve, de nuevo salvando trances milagrosos, ahora de la mano de Mendilibar, un vasco silencioso que llegó a tiempo para poner calma en una casa que se había hecho un lío. La Roma de Mourinho es un rival de aúpa y me llevan los demonios cada vez que recuerdo que falta Acuña, pero el Sevilla cuenta con el refuerzo de la leyenda.