Al Attiyah, bravucón y mito

Nasser Al Attiyah ha conquistado su quinto Touareg, el segundo consecutivo, una cifra que le eleva a la categoría de mito en el palmarés de coches del Dakar. Tan sólo Stéphane Peterhansel, Monsieur Dakar, que ostenta ocho títulos sobre cuatro ruedas, palabras mayores, se mantiene por delante del qatarí en esta clasificación histórica. Al Attiyah ha gestionado mejor que nadie el recorrido de 2023 y el ritmo de competición. Su victoria la fraguó en la primera semana, en la que logró tres triunfos de etapa y abrir brecha en la general, mientras que sus rivales de Audi, con Carlos Sainz y Peterhansel al frente, tenían que tomar rumbo a casa por diversos accidentes, y Sébastien Loeb acumulaba suficientes errores para imposibilitarse el futuro, a pesar de sus siete triunfos parciales, seis de ellos consecutivos, que no sirvieron para intimidar al piloto árabe, que supo dosificar su enorme ventaja sin dejarse inquietar.

Al Attiyah ha sido el número uno. Y de esa manera se refiere a sí mismo en una de sus múltiples bravuconadas: “Soy el mejor”. Sin titubeos. Es el mismo carácter, entre provocador y bromista, que le ha conducido a flirtear con Audi: “Si quiere ganar, tendrá que ficharme”. Ya se verá. De momento, el jeque de Qatar ha triunfado con Toyota. Mientras, la marca alemana se ha quedado lejos de su objetivo del podio. El arranque fue prometedor, con victorias iniciales de Mattias Ekström y Sainz, que lideró dos días la carrera, pero el camino se complicó con averías y accidentes, puro Rally Dakar, que fulminaron sus posibilidades. El español tuvo dos detallazos de compromiso y arrojo: cuando acabó una etapa diez horas después de su vuelco, en el mismo suceso que eliminó a Peterhansel, y cuando dio la vuelta al helicóptero en el que era evacuado. Aun sí, no pudo evitar la retirada. El Dakar no tiene piedad ni de los más grandes.