Florentino tenía toda la razón
Florentino Pérez no cogió su avión para ir a buscar a Zinedine Zidane. No cogió su avión para ir a buscar a David Beckham. Ni lo hizo para Ronaldo Nazario, para Kaká ni siquiera para Cristiano, el que se iba a convertir en el mejor goleador de la historia del Madrid. El presidente del club más importante del mundo sólo se desplazó personalmente para convencer a un futbolista. Fue en el 2009 y Florentino aterrizó en Lyon para quedar con Karim Benzema, en la casa de sus padres en los suburbios, en Bron. Se tomó un refresco y un segundo después de decirle al joven delantero que quería ficharle por el Madrid escuchó el "sí" definitivo de la boca de Karim. Benzema no faltó a su palabra y a su cita con el destino, rechazando la llamada de Alex Ferguson y el dinero del Manchester United.
Muchos en España no entendieron la pasión de Florentino por el este chaval francés ni su fe ciega en su futuro. Y menos cuando las cosas iban mal para él. Muchos en España, incluso en el seno de la junta directiva, quisieron venderle pero el presidente nunca cedió. Siguió creyendo, contra vientos y mareas, que Benzema iba a triunfar en el Madrid y que iba a demostrar que era, como él pensaba, la mezcla perfecta entre Zidane y Ronaldo Nazario. Anoche, cuando Karim levantó su quinta Champions me acordé de todo ello y me dije a mi mismo: Florentino tenía razón.