La clase media iguala LaLiga
La trayectoria de LaLiga no ha sido otra cosa que el relato de una igualdad que prevalece para bien del fútbol español. A excepción del Real Madrid, inalcanzable en una temporada de luces, las distancias se han estrechado. Cada vez es más difícil ganar, las goleadas resultan anecdóticas y el contexto dispara los empates. Para lo bueno y para lo malo, todo se equipara.
La anemia goleadora. La pujanza de los equipos de la clase media y baja ha reducido el volumen goleador de LaLiga. Se han visto 951 goles, 2,5 por partido, la media más baja entre las grandes (3,1 en la Bundesliga, 2,9 en la Serie A; y 2,8 en la Premier y Ligue 1). Es la competición en la que menos se remata. La pequeña crisis goleadora no es algo de este año. El curso pasado se marcaron 953 tantos y el anterior, 942. Lejos quedan los 1.138 de la 16-17. Las salidas de Cristiano y Messi condicionan la capacidad realizadora general, pero también las cifras se han resentido por la igualdad creciente.
Más tablas que nunca. Hay un dato que revela la semejanza competitiva entre los equipos. Se han producido 112 empates (44 sin goles), es decir, el 29,2% de los partidos han acabado sin ganador. El Sevilla se lleva la palma con 16 empates. Desde esta perspectiva, la Primera experimenta lo que viene sufriendo la Segunda, donde siempre se ronda o supera el 30% de encuentros empatados. Se impone la cautela sobre el atrevimiento y el juego pierde gracia ofensiva.
El problema del tiempo efectivo. Es un tema recurrente al que no se le da solución. No ha cambiado nada el hecho de que se decretaran largos descuentos. Incluso así, LaLiga es el torneo entre las grandes que menos tiempo efectivo registra con 53 minutos y 21 segundos por partido. Es cierto que algo se ha mejorado, sobre todo respecto a la 19-20, cuando se jugó de media 51 minutos y 59 segundos. A menos tiempo, menos goles.
Cuestión de estilo. Con todo, se agradecen propuestas como la de la Real Sociedad, el equipo que más pases de doble presión ha hecho con 16 por choque (entregas en los que tanto emisor como receptor están presionados). O la amplitud del Sevilla cuando ataca (cercana a los 50 metros), las recuperaciones en ventaja (más jugadores por delante del balón que el rival) del Elche con 17 o la personalidad valiente del Betis con sus casi seis posesiones peligrosas por partido. El buen trato de balón es una seña de identidad colectiva. Es la campaña en la que menos pases se han fallado en campo contrario (47.639) y el Madrid le ha ganado también la mano del estilo al Barça. Ha firmado 708 secuencias de diez o más pases y ha construido 199 ataques elaborados. Indiscutible campeón en una Liga igualada.