Camavinga y Valverde apuran a Ancelotti
Por más que se dijera, no había ensayo posible de cara a París. El carácter semiamistoso del partido se adivinó desde la primera posesión en una noche relajada y destinada al reconocimiento pasado y futuro. No hubo desgana ni del Madrid ni del Betis, pero se regateó la continuidad y ambos equipos se dedicaron a destellos esporádicos entre los que destacó el artisteo de Vinicius. Pero aun así, pese a que Ancelotti ya ha dejado claro que tiene el once de la final decidido, el encuentro sirvió para reforzar la huella de Valverde y Camavinga. El primero parece que será titular, no así el segundo, abocado a tener que esperar en el banquillo. La entrada de ambos tras el descanso en lugar de Casemiro y Kroos invirtió la tendencia pesarosa del choque y dio otro aire al Madrid. Marcan los tiempos con su impronta física. Su presencia dinamizó el juego y retrasó al Betis por una simple cuestión de energía. Le permitió robar más arriba al Madrid, dar con mayor asiduidad con los costados y aportar más seguridad en el repliegue ante el peligroso fútbol de Canales, Fekir y Juanmi entre líneas, aunque Camavinga se desconectó al final en la clara oportunidad de Joaquín.
La contribución de Valverde y Camavinga, que disminuyó con el carrusel de cambios posteriores, ofrece a Ancelotti alternativas que pujan por ser las iniciales. Es cierto que el rendimiento de ambos en las eliminatorias europeas siempre subió cuando las piernas de los rivales andaban cansadas. De ahí que parece probable que Ancelotti dilate la presencia del jugador francés en París. Aunque siempre se corre el peligro, más ante el despliegue habitual del equipo de Klopp, de que sea demasiado tarde. No por lo que hicieron ante el Betis, sí por lo que hicieron antes, Valverde y Camavinga merecen un lugar ante el Liverpool. Sus credenciales están ahí.
Un segundo es mucho
Casemiro tarda en soltar el balón ante la presión verdiblanca y origina una jugada de peligro de cara a la portería de Courtois. Contra el Liverpool este tipo de errores serán de máxima gravedad.