La reacción del vigente rey de Europa

Fue un partido feo, que avanzó a trompicones hacia un marcador corto, 57-58, nada que ver con las dos vibrantes semifinales. El Real Madrid no lograba romper la final, con un pésimo balance en triples (6 de 33, un 18,2%), y con un Yabusele desconocido. Mientras, el Anadolu Efes se mantenía dentro gracias a sus dos figuras, Micic y Larkin, pero la dependencia era demasiado grande… hasta que apareció Pleiss. En el descanso ya lo había advertido Berni Rodríguez, comentarista de Dazn: “La clave es que los secundarios del Efes no entren en juego”. Y acertó. Varias acciones del pívot alemán decantaron el título. La Euroliga se inventó un héroe inesperado.

El Efes levantó así su segundo trofeo consecutivo, que posiblemente serían tres si no se hubiera anulado la edición de 2020 por la pandemia. El equipo turco es el actual rey de Europa. Nadie lo hubiera pensado cuando arrancó el torneo, precisamente con una derrota contundente ante el mismo rival: 82-69. Los de Ergin Ataman tuvieron un inicio de competición pésimo, con cinco tropiezos en sus primeros seis partidos. Los altibajos fueron tan profundos que terminaron sextos en la liga regular. Unos sinsabores que ya forman parte del pasado. Incluso, de la heroica. El Efes supo reaccionar en el momento decisivo. Tanto en la temporada como en una final que llegó a ir perdiendo por nueve. Y esa es una capacidad de campeón.

El relato del Madrid pasó por una fase parecida durante la campaña, con dos agonizantes meses en un pozo hondo, después de una primera parte de curso brillante. En este caso también hay que elogiar esa misma aptitud para resurgir, para superar el ahogo. Los de Pablo Laso deben quedarse con ese espíritu. La derrota duele mucho, y más cuando se ha acariciado la corona, la anhelada Undécima. El éxtasis ante el Barça no fue un espejismo. El orgullo sigue intacto. Y todavía queda la Liga.