El Zaragoza recupera el orgullo
Al Real Zaragoza se le apagan las luces cuando tiene que hincarle el diente a un partido en el que debe llevar la iniciativa o atacar a un rival a la espera, pero en lo duelos abiertos, donde el contrario se abre y lleva el peso del juego, es capaz de sacar su mejor versión. Ya sea en rápidas acciones de contragolpe o a balón parado. Durante prácticamente toda la temporada, el equipo de Juan Ignacio Martínez ha competido bastante mejor con los de arriba que con los de abajo y frente al Oviedo no fue una excepción. Se vuelve a casa con un meritorio empate a tres en el Nuevo Tartiere y se saca de paso la dolorosa espina del 0-3 frente al Alcorcón en La Romareda.
Fue un partido desenfrenado, incontenible, impetuoso. La primera parte fue de puro vértigo, con hasta cinco goles en la media hora inicial, en un toma y daca constante y vibrante. Se adelantó el Oviedo con un inexistente penalti de Iván Azón, por una mano absolutamente involuntaria que colocó otra vez al VAR en la órbita de lo incomprensible, pero en la siguiente jugada empató Bermejo al remachar de cabeza un primer remate de Iván Azón. Y en la acción inmediata Jair adelantó al Zaragoza, también de cabeza, en un saque de esquina. Obeng igualó para el Oviedo, pero otra vez Bermejo, en noche pletórica, deshizo las tablas con una impresionante volea de zurda a la salida de un córner. Lo nunca visto en un Zaragoza que sólo había marcado 33 goles en las 39 primeras jornadas del campeonato.
El Oviedo volvió a empatar nada más comenzar la segunda mitad, con un cañonazo desde fuera del área de Brugman, Azón cabeceó después al poste en lo que pudo ser el 3-4 y a veinte minutos del final un nuevo penalti contra el Zaragoza, esta vez sí por mano clara de Sabin Merino, más peligroso en el área propia que en la contraria, se lo detuvo a una mano Cristian Álvarez a Borja Bastón completando su mejor actuación de la temporada. Un partido sobresaliente del portero argentino, que hacía muchos meses que no protagonizaba una noche tan providencial bajo los palos.