El día perfecto para celebrar
Droga dura, fútbol de trinchera, sensaciones de vivir. La temporada del Getafe será inolvidable si esta tarde se cierra con la salvación en el Coliseum y ante el Barcelona. La semana en que se cumplió el decimoquinto aniversario de aquel 4-0, de la final de Copa y el mayor recuerdo de los días felices. Este curso no se parece en nada, ha sido el de la desesperación inicial, la angustia permanente y el punto a punto. El año de Quique como héroe capaz de salvar lo insalvable que acaba de cansar a algunos agonías porque parece que han pasado tres ciclos en uno.
En esto se presenta la oportunidad definitiva, el día del desenlace final con el Getafe dependiendo de sí mismo y hasta un margen de error que nadie quiere agotar. En el Coliseum cayó este año el campeón, sobrevivió el anterior en el descuento y llega el Barça que necesita un punto. Un solo punto vale Geri. Un solo punto vale Rubi. Un solo vistazo a las decisiones miradas de reojo por el VAR o pasadas por alto. No seamos estúpidos todos. Tablas, fiesta azulona y el Barcelona sacando billetes para la Supercopa de Arabia que tanto bien hace al fútbol español, o al menos al que la disputa.
Si el Getafe queda salvado esta noche tocará reconocer la inyección que puso Quique a una plantilla con todas las carencias por descompensación, el buen trabajo del club en el mercado invernal y la capacidad de una afición que se adapta al cinco jotas y a la mortadela sin rechistar ni fallar ya sea domingo soleado o lunes nocturno y lluvioso. Hoy todos se merecen una fiesta y un reconocimiento.