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La desenfadada claridad de Ancelotti

Terminó el partido del Metropolitano y en la televisión le preguntaron a Ancelotti por qué tantos reservas y si pensaba seguir preservando a los titulares; él soltó de corrido en la respuesta su planificación de aquí a la final de París: “El jueves, ante el Levante, jugarán los que han descansado hoy; luego, en Cádiz, volverán los que han jugado hoy; y el último día, contra el Betis, jugarán los de la final”. Una claridad meridiana, inhabitual en el fútbol, donde con frecuencia los entrenadores manejan sus decisiones con un misterio que la cuestión no merece. Hace tiempo que Ancelotti decidió prescindir de todo tipo de cuento. Se agradece.

Y una planificación de lógica aplastante, por otra parte, destinada a aliviar el fin de temporada a los que más han jugado, pero sin que pierdan la tensión. Meter en un balneario a Benzema, Modric, Vinicius, Carvajal, Militao y demás para que no les pase nada hasta París sería tan contraproducente como fatigarlos con partidos completos en el tramo final de un campeonato que ya está decidido. De ahí el plan: tres partidos (empezando por el del Atlético) para repartir descansos y el cuarto para poner de puntillas a los que han de plantarle cara al Liverpool el 28 en París. Una especie de minipretemporada, posible por el título adelantado.

Alguien me decía que eso pone un foco extra al último partido, el del Betis, puesto que ahí, dice, jugarán los de París. El equipo fetén de Ancelotti lo conocemos todos sin más que una duda, la del extremo derecho, donde han competido Rodrygo y Asensio… y últimamente también Valverde, cuya fuerza y disparo se agradecen ahora más que nunca. ¿Cuál de los tres? ¿O serán dos y, como ya empiezan a pedir algunos, Kroos, que anda mal, deja su puesto a Valverde y el extremo queda para Rodrygo? No creo que eso lo sepamos el día del Betis. La claridad de Ancelotti no puede llegar hasta el punto de desvelar lo que ni él mismo tiene del todo claro.