Ascender no es misión imposible, es cuestión de voluntad

Sin paños calientes, creo que el Real Valladolid no va a ascender directo, y ojalá me equivoque, pero además pienso que si queremos subir en el playoff este equipo tiene que empezar a demostrarlo en los próximos cuatro partidos. Por fortuna la suerte no está echada, y el fútbol, este campeonato y este sistema de competición, aún nos va a brindar oportunidades.

Las derrotas y los golpes duros hay que asimilarlos, y en esas estamos a día de hoy. Es inevitable echar la vista atrás, pero también es urgente y necesario mirar hacia adelante. Cuanto antes nos levantemos, mejor; no podemos perder más tiempo lamiéndonos las heridas y deambulando como zombis sin espíritu y sin propósito de enmienda.

Sigo pensando que este equipo tiene la llave del ascenso en su mano, y de hecho sigue dependiendo de sí mismo, aunque no para hacerlo de forma directa. El problema son las sensaciones que transmite, y contra eso es con lo que tendrá que luchar en este sprint final de temporada.

No sé si al Real Valladolid le va a dar ganando los cuatro partidos que le restan para ascender directamente, pero, al menos, en lo anímico reflotaría la confianza, el ánimo y la autoestima pensando en el playoff. ¿Están capacitados los jugadores de este equipo para ganar los próximos cuatro partidos?, yo considero que sí.

El aficionado del Real Valladolid está cansado de mensajes autocomplacientes, y de discursos que por tapar ciertas cosas se alejan de la realidad, el míster ahí pierde crédito, porque al aficionado del Real Valladolid no le gusta que le traten como si fuera menor edad. Veréis, tanto quiero a Pacheta que me desespera; antes de que llegara a Valladolid creía en él ciegamente, pero en este máster que está haciendo en un equipo grande de Segunda hay asignaturas que se le están resistiendo. El entrenador está siendo víctima de su inmenso buenismo con todo el mundo.

Por dejación de funciones del club, Pacheta ha asumido responsabilidades que no deberían corresponderle, y eso creo que le ha lastrado mucho. Además de entrenador, a Pacheta le ha tocado ejercer de portavoz del club, de hermano mayor en el vestuario tratando de atajar los problemas de disciplina con algunos jugadores, de psicólogo, de motivador, de agente denunciante de atropellos contra el Real Valladolid; creo que el club le ha dejado muy solo. Él también lo ha asumido como entrenador y hombre de club que es, aunque tengo la sensación de que cuando vengan mal dadas de poco le van a servir tantos buenos servicios, al tiempo.

Volviendo al fútbol... si en otras ocasiones el equipo ha reclamado el apoyo de la afición, hoy se vuelven las tornas, y es el equipo quién tiene que enganchar y tirar de la afición. Rememorando a la leyenda, al gran Don Vicente Cantatore, en sus apasionados discursos a los jugadores antes de saltar al campo les decía, 'salgan ahí fuera, empujen con el alma, arrastren a la afición'. El aficionado del Real Valladolid quiere darlo todo, quiere entregarse, pero necesita que le den motivos porque han sido muchos los jarros de agua fría que nos han dejado helados. Pero aún estamos a tiempo; porque pienso que el ascenso no es misión imposible, es cuestión de voluntad.