Guardiola, Klopp, Premier y Champions

El sábado se suscitó en Carrusel el debate sobre si en Inglaterra se valoraba o no más la Premier que la Champions. Fue un pulso entre guardiolistas y antiguardiolistas. Estos acusaban a aquellos de menospreciar la Champions por si Guardiola vuelve a estrellarse en una competición que sólo conquistó como entrenador con Xavi, Iniesta y Messi. En su apoyo llegó un hecho incontestable: peleando como están City y Liverpool la Premier en un pañuelo, ambos reservaron bastantes jugadores cara a sus visitas a España de esta semana, entre ellos De Bruyne y Salah, las estrellas respectivas. De Bruyne se quedó en el banquillo. Salah jugó algunos minutos.

O sea: ambos entrenadores prefirieron reservar fuerzas para la vuelta de su semifinal aun a riesgo de dejarse algún punto en su apasionante mano a mano. A mí no me extraña. De un tiempo acá hay en la línea de salida de cada Champions un racimo de clubes a los que se les exige ganar. Es un fenómeno que empezó con Abramovich y su objetivo declarado de hacer campeón de Champions al Chelsea. A esa rueda salieron con mayor o menor éxito los otros inversores del llamado ‘Big Six’, en particular el City, club-estado que dispara con pólvora del jeque. Su caso es el mismo del PSG, que sale casi a entrenador por Champions no ganada.

Y pasa también en clubes de economía clásica. El Bayern acumula diez ‘bundesligas’ consecutivas, una monotonía que exige el impacto de una Champions. Algo parecido le pasó hace poco a la Juve con sus nueve consecutivas. En España, el Madrid y el Barça han llevado su rivalidad a tal nivel que sólo se dirime con el título supremo. La brillante época de Messi en el Barça ha quedado ensombrecida por la persistencia del Madrid en el dominio de ‘esa copa tan linda y deseada’. De un tiempo acá los títulos nacionales ya no sacian como antes a determinados clubes, entre los que están el City y el Liverpool. Guardiola y Klopp lo dejaron claro el sábado.