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El impecable campeón desafía los tópicos

Madrid

Todo es fácil cuando un equipo consigue que parezca sencillo, capacidad que el Real Madrid ha llevado como divisa durante toda la temporada. Ha caminado por el campeonato sin prisa y sin pausa, sin mirar atrás, sin transmitir nunca la sensación de apremio y sin dejar migas por el camino. Celebró el título tan pronto que cuesta creer en el cerradísimo final de la temporada anterior, dirimido en los últimos minutos. Es lo habitual en una competición que esta vez solo ha encontrado un verdadero aspirante al título. El Real Madrid ha cumplido impecablemente con su trabajo, a diferencia de sus rivales, enredados todavía en el durísimo sprint por alcanzar los puestos de acceso a la Liga de Campeones.

Aunque nunca hay expectativas suficientemente altas en un club obsesionado con los títulos, el Madrid arrancó la temporada con numerosos interrogantes, después de un año sin éxitos. Ancelotti, que conocía bien el club y sus particularidades, sustituyó a Zidane, sin más noticia destacable que el fichaje de Alaba, cuya trayectoria invitaba a pensar en el jugador austriaco como el perfecto relevo de Sergio Ramos. Después de toda una vida en el Bayern, y qué Bayern, el último problema de Alaba no sería el miedo a vestir la camiseta del Madrid, síndrome que ha lastimado a varios jugadores de fama mundial.

Ancelotti recogió un elenco más que conocido, con un alto promedio de edad y unos cuantos jóvenes que habían ofrecido más destellos que consistencia. Camavinga se unió a ellos. El Madrid había decepcionado en las dos últimas temporadas europeas y en la Liga se presumía el liderazgo del Atlético de Madrid, campeón en 2021, sostenido por una plantilla profunda y compacta. No ha sido así. Un equipo ha volado y el otro dimitió muy pronto.

Si la temporada de fútbol es un recorrido agotador, salpicado de obstáculos de todo tipo, el Madrid lo ha cubierto con un ritmo tan equilibrado que llega al momento cumbre de la temporada en una condición envidiable, mérito que corresponde a Ancelotti y que debería incluir a los responsables físicos. El técnico puede regular esfuerzos cuando sus rivales boquean en busca de aire. Sus ilustres veteranos han respondido partido tras partido con una eficacia extraordinaria.

Los jugadores del Real Madrid celebran el título de Liga conquistado, a pie de campo, tras el partido ante el Espanyol.
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Los jugadores del Real Madrid celebran el título de Liga conquistado, a pie de campo, tras el partido ante el Espanyol.JAVIER GANDULDIARIO AS

Benzema (34 años), Modric (36), Kroos (32) y Casemiro (30) han jugado con una frecuencia que obligaba a pensar en una caída de su energía a estas alturas del año. La realidad es bien diferente. Los tres han resultado fundamentales en la conquista del campeonato y se asoman a la final de la Copa de Europa, donde el Madrid ha derribado al PSG y el Chelsea, dos potencias indiscutibles.

Lejos de anunciar su crepúsculo, los más veteranos han mejorado su rendimiento con respecto a las dos últimas temporadas, que en el caso de Benzema ya era portentoso. El delantero francés nunca había figurado entre los 16 primeros en la clasificación del Balón de Oro y su cuarto puesto en la última edición es igual de insensato. Merecía el galardón mucho más que Messi, infinitamente más que Jorginho y posiblemente tanto o más que Lewandowski. Por si acaso, el nuevo año le ha servido para constatar la injusticia. No hay futbolista mejor que Benzema ahora mismo.

Ancelotti eligió un modelo corto y fiable. Después de algunas dudas y probaturas –Bale y Hazard fueron titulares en los dos primeros partidos de Liga–, el técnico italiano recurrió a una alineación que únicamente dejaba una rendija en la banda derecha, donde Rodrygo, Asensio y finalmente Valverde se han alternado. Los demás se recitan de carrerilla, entre ellos Courtois, autor de una temporada sensacional. Cuando el equipo no ha funcionado, y en ocasiones no lo ha hecho, el portero belga ha multiplicado sus prodigios.

Sin avasallar, el Madrid se ha movido con patines por la Liga, sin mirar atrás, suave y eficaz. Si requería energía, disfrutó de la mejor garantía posible: Vinicius. El joven extremo brasileño comenzó la temporada en el banquillo, con la misión de aprovechar los minutos. Estaba en discusión y terminó indiscutible, aclamado. Vinicius es una de las grandes noticias del fútbol. Descarado, vertical, veloz y constante en los esfuerzos, su salto ha sido impresionante. No le aturde nada, cada día interpreta mejor el juego, marca goles, los anticipa con sus pases y forma una sociedad letal con Benzema. Nadie lo preveía, y puede que Benzema menos que nadie, pero la conexión es mágica, decisiva en la fenomenal temporada del Real Madrid, indiscutible dueño del campeonato.