Operación remontada
El Gran Premio de Emilia Romaña otorga este fin de semana 34 puntos, ocho más de lo normal. La razón: hoy tenemos carrera al esprint, la primera de las tres previstas en la presente temporada. La novedosa competición se probó el pasado año y gustó mucho, así que no sólo se ha repetido la experiencia, sino que se ha aumentado el botín. Era una buena oportunidad, sin duda, para que Carlos Sainz se resarciera del tropezón de Melbourne, en la misma semana en la que se ha anunciado su renovación con la Scuderia hasta 2024. Pero Sainz anda torcido últimamente. El madrileño sufrió ayer un accidente en la Q2, cuando volaba entre los mejores tiempos, que le ha relegado a la décima plaza. Ahora toca remontar. No sólo en Ímola, donde tendrá una doble oportunidad de avanzar puestos, sino también en el Mundial. Hay que mirar adelante, no cabe trastabillarse más, porque este campeonato es muy largo, más largo que nunca, con un total de 23 grandes premios, tres de ellos con esprint. Son muchos puntos aún por repartir, muchas eventualidades, mucha evolución…
Sainz maneja un coche competitivo, así que todo es posible todavía. Es cierto que en las dos primeras carreras, Bahréin y Arabia Saudí, no estuvo a la altura de su compañero Charles Leclerc, a quien, abrimos inciso, sí superó en la clasificación de la pasada campaña. Pero al menos arrancó con dos podios, que siempre es una buena manera de seguir vivo. Luego vino el borrón de Australia, vale. Aquel resbalón ha podido generarle ansiedad. Quizá. También saberse con un Ferrari ganador, sin que terminen de llegar los resultados. Tal vez. Esa espiral no es la buena. No hay que dejar que el remolino te absorba. Sainz tiene que hacer lo que mejor se le da: pilotar. Esa es la fórmula para comenzar la operación remontada. Que todavía queda mucho trecho. El coche, lo tiene. Y el talento, también.