Sin Badosa y sin Muguruza
España jugará, viernes y sábado, la eliminatoria de la Billie Jean King Cup, la vieja Copa Federación, en busca de las Finales. Para ello ha viajado a Bolduque, s-Hertogenbosch en neerlandés, para enfrentarse a Holanda, una selección a la que ha batido las tres veces que se han cruzado, sin sus dos primeras raquetas: Paula Badosa, número tres del mundo, y Garbiñe Muguruza, número diez. Ambas están oficialmente lesionadas. Muguruza ya tuvo que renunciar a Miami y Houston por sus dolencias en el hombro izquierdo, mientras que Badosa emitió un comunicado tras su eliminación en Charleston para notificar su ausencia “por problemas físicos y médicos”. El año pasado también renunciaron a las Finales, entonces en perfecto estado de revista, porque tenían que disputar unos días después las WTA Finals al otro lado del Atlántico, en México, donde, a propósito, tuvieron una brillante actuación. Este año la BJK Cup volverá a celebrarse en noviembre, sin la actual campeona, Rusia. Y España tendrá otra gran oportunidad de alzar su sexto título… pero necesita a ambas.
Antes de hacer las cuentas de la lechera, la Selección deberá conquistar los Países Bajos con Sara Sorribes, la número 49 de la WTA, ya acostumbrada a tirar del carro, y Nuria Párrizas, la número 55, como líderes del grupo. La mejor holandesa, Arantxa Rus, tiene peor ranking que ambas: es la 74ª del mundo. El equipo español, que completan Aliona Bolsova y Rebeka Masarova, es teóricamente superior, aunque en este torneo nunca hay que fiarse, porque las jugadoras se crecen en representación de sus países. A ellas les toca expedir el pasaporte para poder seguir aspirando a la sexta corona, para emular a aquel glorioso equipo de Arantxa Sánchez y Conchita Martínez. España vuelve a disponer de dos tenistas de esa categoría. Pero tienen que estar físicamente bien… y querer jugar.