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Tres penaltis y la cabeza de Luuk de Jong

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Hasta anoche no le habían pitado ningún penalti en contra en LaLiga y ayer le pitaron tres. El fútbol está manejado por duendecillos traviesos que maquinan estas trastadas. Tres penaltis contra el Barça en un partido no son cualquier cosa y encima llegan a los pocos días de que el Madrid tuviera tres a favor en Vigo, para mejorar el guion. Pero la cosa es si fueron penalti o no. Alves pone el brazo para que el rival no pase, y éste se hace el muerto; a mí me deja dudas. La mano de Eric lo es por el Nuevo Testamento; yo no veo dolo, tiene la mano ahí de forma natural, pero… En cuanto a Lenglet, es un cenizo de torpeza extrema. Siento decirlo así.

El Levante, que tan necesitado anda de puntos, no sacó partido. Se culpará de ello a Roger, que tuvo la desgracia de fallar el segundo cuando la cosa estaba 1-0 y Xavi miraba desconsolado mientras preparaba la entrada de Gavi y Pedri para reactivar a su equipo, que andaba dormido. El 2-0 a esas alturas hubiera parecido definitivo, pero Roger lo falló, entraron los chavales y de ese frustrado 2-0 se pasó a un 1-2 fulgurante, el primero en un excelente pase de Dembélé a Aubameyang que este despachó con un cabezazo impecable y el otro en un jugadón de los dos chavalines, con Pedri metiéndola. Pedri se está amigando con el gol.

Parecía todo resuelto, pero entró Lenglet, especialista en estropicios, y tardó poco en hacer el más estúpido de los tres penaltis. Este sí entró y al Barça le tocó remar de nuevo en busca de unos puntos que necesita, no para perseguir al Madrid, que sólo es un señuelo, sino para escapar del Betis y quien más pueda aparecer por detrás, porque el cuarto puesto es la línea roja de la que ni el Barça ni el Atlético pueden bajar. Ni sus aficiones ni sus cuentas lo resistirían. Y ahí apareció, de últimas, la cabeza-cañón de Luuk de Jong, entrado a última hora. He aquí un jugador que, al revés que Lenglet, ha sabido redimir sus fallos de otrora con goles decisivos.