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El Pucela regala dos goles que valen dos puntos

El Real Valladolid regaló dos puntos en La Rosaleda. Los de Pacheta hicieron un buen encuentro de mediocampo hacia adelante, pero lo de atrás fue un drama. Ante un equipo que vivió del "alboroto" que propició su nuevo entrenador, Pablo Guede, los pucelanos tuvieron balón y acumularon ocasiones muy claras, pero una vez más Dani Martín fue protagonista, como pasara en Zorrilla, y salvó a su equipo de una goleada. La sensación es que los dos regalos en defensa, supusieron la renuncia a la victoria en el partido. La pareja de centrales, en otro momento brillantes y expeditivos, quedaron retratados en los dos goles y en varias jugadas más con peticiones de fuera de juego poco entendibles. Bien es cierto que la espalda de los medioscentros sigue siendo un páramo donde los centrocampistas contrarios pueden crear y amenazar con total libertad a la defensa pucelana, por lo que la sensación de poca contundencia defensiva sigue siendo constante.

Pese a que no había mucha información de cómo plantearía el partido el debutante Guede, no fue muy sorprendente ver al Málaga aprovechar el espacio a la espalda de los centrales para inaugurar el marcador. Cualquier equipo te puede marcar, pero ese primer tanto dejó retratados a Olivas, por salir de más de su zona, y a Joaquín por quedarse enganchado en la línea de fuera de juego. Y de ahí a 20 minutos, la intensidad blanquiazul se impuso. Después el balón ya fue del equipo blanquivioleta, que originó ocasiones de todos los colores, pero en esta primera parte Weissman estuvo negado ante Dani Martín. Los tres medioscentros, con problemas atrás, se impusieron hacia arriba y volcaron el campo sobre la meta local insistiendo más de la cuenta en entrar por dentro, pero la falta de acierto de Weissman impidió que los vallisoletanos se fueran con un resultado mejor al descanso.

Si esperpéntico fue el primer gol encajado, no menos lo fue el segundo que deja marcados a Olivas, a Joaquín, incluso a Masip, con una salida poco entendible. El tanto dejó tocado al equipo que sólo con el paso a un 4-4-2 más natural empezó a llegar con alegría por las bandas, con un Plata espléndido que tuvo 20 minutos espectaculares, incluída la jugada del segundo gol del hebreo, antes de que se lesionara. La salida del campo del goleador, 16 goles sin penaltis, más la de Monchu, paró a un equipo que ya estaba demasiado cansado para intentar una remontada que sigue siendo territorio inexplorado para los blanquivioletas. Hoy el resultado nos parece malo, pero quizás el lunes pueda ser bueno. Todo depende de lo que hagan Eibar y Almería.

Y comienza ya la previa ante los almerienses. Con la preocupación de las lesiones de Weissman y Monchu, que conoceremos en los próximos días, como la de Javi Sánchez. Ganar el encuentro ante los de Rubi puede llegar a ser clave para el ascenso, pero no definitivo. Faltarán entonces seis jornadas y todavía han de pasar muchas cosas y se verán tropiezos variados. Mientras tanto, bien haría el equipo en despejar todas las dudas, especialmente defensivas, de un Real Valladolid que sigue siendo un candidato muy serio al ascenso.