Aprobados y suspensos del Pucela: Arreón insuficiente
El Real Valladolid rescató un empate ante el Málaga tras levantarse, pero también tras tirarse solo a la lona regalando dos goles.
El Real Valladolid rescató un punto ante el Málaga en un partido que quizás no llegó a ver perdido, y de ahí el empate, pero en el que sí tuvo dos goles de desventaja, ambos regalados. Dos errores graves dieron mucha vida a los malacitanos, aunque los blanquivioletas lograron empatar. Sin embargo, las lesiones de Weissman y Monchu aplacaron los ánimos y la remontada se quedó a medias.
Masip: En el primer gol fue ejecutado sin opción. En el segundo, entre todos lo mataron y él solito se murió, abandonando la portería a una zona en la que se complicaron los centrales. Atento, no obstante, en otro tipo de acciones.
Luis Pérez: Mucho mejor cuando tuvo acompañante para hacer dos para uno. Aprovechó las apariciones en esa zona de Iván Sánchez, que, sin embargo, le abandonó mucho, como hizo Plata en el tramo final, para su desgracia.
Joaquín: Trata de lanzar el fuera de juego en el 1-0 y yerra. Demasiado contemplativo en el 2-0, cometió demasiados errores, impropios, como en un par de contragolpes en los que Adrián le perdonó la vida, y por ende, al equipo.
Kiko Olivas: Desaparecido en el contragolpe que adelantó al Málaga. Abandona la zona y se agrupa con Masip y Joaquín en el segundo gol, que culmina un desastre. Muy nervioso, tuvo mucho protagonismo en salida de balón.
Nacho: Como no se buscaron tanto los costados como otros días, no brilló, aunque sí conectó bastante en una segunda altura. Pero, además de eso, tampoco estuvo ducho en los centros que sirvió.
Roque Mesa: Bloqueado, por el centro del campo rival y por sí mismo, se mostró demasiado obcecado en algún contacto en zona de iniciación. Mejoró, con mucho, cuando el equipo pasó a jugar con 4-4-2, capitalizando el juego.
Aguado: Volvió a rozar el gol en los primeros compases. Se echó el centro del campo a las espaldas después de encajar el primer tanto. Sin embargo, sus conducciones no le llevaron muy lejos ni se convirtieron en peligro.
Monchu: Buscó la igualada en un córner directo. Puso otro a la perfección al corazón del área para que Weissman hiciera el 2-1, así como uno más para Sergio León. Mezcló como tercer mediocentro a buen nivel, aunque hubo a veces atasco interior.
Iván Sánchez: Creció a partir de la media hora, con dos buenos eslálones y una asociación con Luis Pérez prometedora pero insuficiente. Le pegaron como si se fuera a acabar. Fue un tanto intermitente, pero mejoró a menudo la jugada.
Toni Villa: Sufrió el tráfico pesado por dentro no empastando demasiado por fuera. Buscó hacerlo en su piquito de siempre, con acierto dispar en el regate. Fue uno de los primeros sacrificados en busca de 'punch'.
Weissman: Dani Martín le impidió empatar a bocajarro en dos ocasiones en la primera media hora, en dos remates con marchamo de gol. De cabeza, se desquitó marcando los tantos para empatar, ambos de primeras.
También jugaron en el conjunto de Pacheta:
Plata: La primera pelota que tuvo en condiciones la convirtió en la asistencia del empate a dos. Buscó el dentro fuera seguramente en demasía, porque fue cerca de la línea de cal donde más peligro generó, como en esa acción.
Sergio León: Dani Martín le intentó arruinar la tarde evitando que hiciera el 3-2. Al margen de esa acción, el equipo no acabó de encontrarle, porque con las lesiones perdió el brío. Pidió un penalti y vio la amarilla en una protesta.
Anuar: Que el Real Valladolid no acabara de gobernar el partido, o al menos no de manejar su tempo, le pesó; intervino unas cuantas veces, aunque sin la trascendencia de otros días. De nuevo, jugó en banda y como mediocentro.
Carnero: Quizás sorprendió su entrada, aunque bien es verdad que Nacho no estaba trascendiendo. Sufrió un duro choque y se le vio revolucionado.
Morcillo: No sumó. Intentó estirar el campo, pero tocó pocos balones. Ni centró bien, ni dio profundidad. Intrascendente un día más.