Después de la derrota frente al Barça, volvió a haber multitud de enterradores del Real Madrid y resucitadores del equipo culé, muchos de ellos los mismos que le habían matado y rematado varias veces en esta temporada. En aquella contundente derrota lo peor no fue el resultado, lo peor fue la sensación de impotencia del Madrid. En la plantilla hay jugadores extraordinarios, que aportan mucho, como los tres centrocampistas titulares, aunque si falta alguno de ellos hay otros jugadores que les pueden sustituir con garantías, como Valverde o Camavinga. Pero hay un jugador imprescindible, insustituible en el Madrid. Sin Benzema en el campo el equipo es otro, un equipo mucho peor, sin mordiente y sin peligro. Hay que hacer todos los conjuros que se conozcan (el más eficaz -y rico- es el gallego de la queimada), para que el 9 siempre esté en el césped. No me atrevo a decir que Courtois sea también insustituible, porque no ha habido muchas ocasiones de ver a Lunin, pero lo que es indudable es que el portero belga es uno de los mejores del mundo y que ha dado muchos puntos al Madrid con sus intervenciones salvadoras. Lo que es evidente es que los dos jugadores que más costaron y que más cuestan no aportan prácticamente nada al equipo. Hazard, porque las lesiones se lo han impedido, y Bale, porque sus decisiones lo han querido. Borrarse de un Clásico por "molestias" en la espalda y unos días después jugar a tope con su Gales, marcando dos golazos es imperdonable. Además, hay un grupo de jugadores cotizados en los que no confía el entrenador: Isco, Jovic, Ceballos y Mariano. Una mochila demasiado pesada que no se puede aligerar hasta la próxima temporada. Conociendo al presidente y al director general de la casa blanca, seguro que son los primeros que están deseando cambiar el rumbo y lo cambiarán.

La Liga no está todavía ganada, pero tampoco perdida. No queda otra que seguir peleando, y pelear está en el ADN del Madrid, como lo está en el ganador más joven del Máster 1000 de tenis de Miami, Alcaraz, otro madridista grande. En los próximos siete días jugaremos en Londres y la vuelta en el Bernabéu en la competición más querida. No estamos en el mejor momento, pero es Champions… y es el Madrid.