Old Trafford vio la mejor versión del Atleti

Oblak salta a por el córner botado por Rashford y lo bloca con seguridad. Se acabó. El United había mandado al área todo lo que tenía, incluido De Gea, en busca del gol desesperado, pero Oblak reinó por encima de todos. Después de unos meses desconcertantes ha recuperado su mejor forma y ayer resolvió muy bien todo lo que le vino, que no fue demasiado, pero sí difícil. Empezó tapando con la cara un remate a quemarropa de Elanga y terminó con ese salto elegante y seguro que enfrió definitivamente la olla de Old Trafford. Con Oblak de nuevo en las mejores condiciones el Atleti puede pensar en cualquier cosa.

Pero que nadie piense que el Atlético pasó colgado de su portero, porque no fue así. Todo fue bueno: la defensa, sin una sola concesión, el tránsito por la media, las subidas, escasas pero afiladas, de los laterales Llorente y Lodi, el trabajo fino y sacrificado de João Félix y Griezmann. Vimos de nuevo aquel sello cholista que parecía perdido en los últimos tiempos. Todos a una, esperando atrás pero aprovechando los espacios, un juego colectivo servido con entrega y seriedad, sin despistes, sin regalar nada. El partido discurrió según lo que el Atlético esperaba y provocaba, para desesperación de Cristiano, que no encontró ocasión de colar su remate.

Antes del gol, elaborado por João y Griezmann por la derecha y rematado por Lodi por la izquierda, le habían anulado uno al portugués, de nuevo jugada llegada por la derecha y resuelta por la izquierda; solo que esta vez el centrador, Llorente, arrancó en fuera de juego por el pelo de una gamba. Desde fuera, De Paul puso a prueba a De Gea con un par de taponazos imponentes. Gran noche para los 3.000 hinchas que acompañaron al equipo dos años después de aquel otro desplazamiento masivo y feliz a Anfield. No pararon de cantar, al modo argentino. Fue, en todos los sentidos, la mejor versión posible del Atlético, justo vencedor en Old Trafford.