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Concentración máxima y no confiarse

Valladolid

La situación actual es la que el Real Valladolid llevaba buscando desde hace meses. Tras un inicio titubeante, los de Pacheta han tenido que ir siempre con el gancho tratando de recortar distancias con los siempre dominantes Éibar y Almería. Mirando un poco hacia atrás comprobaremos la remontada blanquivioleta y lo importante de valorar la situación actual en la tabla, que nada garantiza pero que te pone a las puertas de disputar con posibilidades de éxito absolutamente todo. En la jornada 17 el conjunto de Pacheta salía de Almería, tras perder el partido, a doce puntos de los andaluces y a cuatro del Éibar.

Dos semanas después y tras perder en Huesca, su última derrota, la diferencia era de once con el Almería y de cuatro con el Éibar. Ahora, en la jornada 30, la distancia es de un punto con los vascos e inexistente con los de Rubí. El Real Valladolid, en once partidos, le ha recortado once puntos al Almería y tres al Éibar. Y llega a la recta final jugando muy bien, sin perder desde el hace más de tres meses y con mejor cara que todos sus rivales.

Como veníamos esperando la lucha ha quedado ceñida a tres. El mazazo que se llevó el Tenerife el sábado pasado y los seis puntos de distancia le han dejado bastante alejado del objetivo del ascenso directo. Es cierto que sería bastante pretencioso descartar del todo a los de Ramis, pero particularmente no apuesto por ellos. El ascenso directo, al menos yo así lo pienso, parece cosa de tres. Empieza una carrera de vértigo con los aspirantes en un pañuelo y de doce jornadas. Lo hecho hasta ahora ya no vale para nada, de lo que pase de aquí en adelante dependerá todo
La gente no es tonta y se da cuenta perfectamente de que los de Pacheta llegan en un gran momento para esta disputa final. Y ahí es donde viene el peligro.

La ilusión lógica que todos tenemos puede convertirse en una euforia contagiosa al equipo que puede convertirse en su mayor enemigo. El exceso de confianza puede ser letal. Por ejemplo en partidos como el del domingo en Oviedo. No olvidemos que allí perdió hace muy poco el Almería y que empató sin merecerlo en Éibar. Son lecciones de las que aprender. Es momento de apretar más que nunca, de saber que el ascenso depende solo de lo que el Valladolid vaya haciendo en cada uno de los partidos que le quedan por disputar. Jornada a jornada, partido a partido, jugando cada fin de semana en tres campos. Todo como hasta ahora, como viene pasando desde el 3 de diciembre. Ese es el único camino acertado que llevará al éxito. Salirse del mismo puede llegar a ser letal. Pacheta y sus jugadores seguro que lo saben bien. La lección está aprendida aunque siempre es bueno volver a recordarla. Y en ello estamos.