Ancelotti ya se había ganado el derecho a seguir

Ancelotti bajó del autobús emocionado, con los ojos vidriosos después de ver la atmósfera que los aficionados habían creado fuera del estadio a la llegada del equipo. Olía a gran noche europea. El italiano acabó el partido del mismo modo. Emocionado con el público y sus jugadores, con los ojos enrojecidos por sus lágrimas... Pero tuvo tiempo para dejar sobre el césped un detalle más de viejo zorro del fútbol. Se acercó a Mbappé y le estrechó la mano. Pronto podrán seguir escribiendo la historia del Madrid juntos. Mbappé ha esperado su momento.

Y la derrota le carga más aún de razones para dar el paso. El técnico italiano ya se había ganado el derecho a seguir, incluso aunque el equipo hubiera caído con estrépito. Porque los deberes en la Liga están más que hechos. Un título que ya tiene casi en el bolsillo después de hacer resucitar un equipo que con Zidane parecía muerto y que sólo ha tenido dos caras nuevas, la de Alaba y Camavinga. Y que es capaz de hacer cosas de tanto calibre como la que se vivió en el Bernabéu.

Ancelotti ha hecho magia con una plantilla de transición y se confirma como el técnico perfecto para comandar ese increíble proyecto que está por llegar con Mbappé, muy posiblemente Haaland y un nuevo Bernabéu que asegura ingresos. No hay más 'peros' que ponerle. El italiano volvió para esto, para seguir emocionándose con el fútbol.