Duplantis, Bubka y el recuerdo de Donetsk
El récord del mundo batido el lunes por Armand Duplantis en Belgrado, con un majestuoso vuelo sobre 6,19 metros, nos transportó inevitablemente al palmarés del salto de pértiga. También al recuerdo de uno de los mejores atletas de todos los tiempos: Sergei Bubka. El repaso a sus registros nos eriza la piel cuando caemos en el nombre de una ciudad, Donetsk, el lugar donde Bubka logró el último de sus 35 récords mundiales: 6,15, en febrero de 1993. Allí existe todavía un monumento que rinde tributo al héroe deportivo, nacido muy cerca, en Lugansk. Y allí mismo llegó Renaud Lavillenie en febrero de 2014, 21 años después, para batir la histórica plusmarca ante los ojos del mito. Luego irrumpió Duplantis para devorarlos a todos: 6,17, 6,18, 6,19… y la barrera del 6,20 en el horizonte. Pero cada vez que el sueco consigue una de sus gestas, el nombre de Bubka aparece en el retrovisor. Hoy, más que nunca. Donetsk y Lugansk, en la conflictiva región del Dombás, son referencias asociadas a la guerra entre Rusia y Ucrania, incluso desde mucho antes de la actual invasión, desde hace años…
Mientras Duplantis franqueaba el listón que tantísimas veces superó su mítico antecesor, Bubka compartía con el mundo una carta abierta para pedir ayuda para las víctimas. El actual presidente del Comité Olímpico de Ucrania está coordinando la ayuda humanitaria desde el deporte por petición del COI, para los millones de compatriotas que han tenido que abandonar sus casas o no disponen de medios de subsistencia en estos convulsos días. Siempre con la esperanza de que pronto, el nombre de Donetsk deje de ser relacionado con las bombas, y regrese al imaginario del atletismo y de la leyenda. Como hoy ocurre con Belgrado, hace poco más de dos decenios involucrada en otra absurda guerra, todas los son, y ahora testigo del récord mundial del nuevo rey de la pértiga: Mondo Duplantis.