Lopetegui y Silva convencen a los descreídos
Desarmados
El derbi llenó de elogios a Lopetegui. No se puede discutir la tremenda influencia de su figura en la brillante trayectoria reciente del Sevilla, pese a que fuera objeto de algunas críticas injustas en el pasado. La actual posición liguera del conjunto hispalense constata el éxito de un equipo que desarmó por completo al Betis en una primera parte prodigiosa. El nivel de intensidad, el sentido táctico y el esfuerzo constante gestaron la mejor versión del Sevilla. La agresividad en la presión tras pérdida apabulló a los de Pellegrini, sin juego entre líneas, forzados a salir por fuera. Como resultado aparecen las 12 recuperaciones en campo contrario y el balance ganador en los duelos individuales, con casi el 55%, durante la primera parte. Jordán, Rakitic y Delaney encauzaron el trabajo de presión, seguido de la movilidad sin balón y el ataque de la profundidad. Es esta una virtud del Sevilla, que firma una estadística muy reveladora: más del 50% de sus pases tras robo son hacia delante. Siempre hay una intención. El Betis no resistió el empuje desde la pizarra de Lopetegui. En el Pizjuán todo el mundo está ya en el barco de un entrenador magnífico.
Mejorar lo casi inmejorable
El Villarreal tiene muchísimo fútbol. Ahora se ha soltado de las contrariedades del inicio de curso y se proyecta con las certezas del que se siente seguro de sí mismo. La goleada al Espanyol, en una mañana inolvidable para Yeremy Pino, acentúa la evolución del equipo de Emery. En este sentido, el fichaje de Gio Lo Celso (25 años) le ha dado incluso un salto de calidad en las asociaciones interiores, la orientación del juego y el proceso del gol. El argentino se acerca a los medios e interviene en zonas siempre delicadas para el rival. Sus apoyos para generar superioridades y poner de cara a Capoue y Parejo resultan elocuentes. Ante el Espanyol, contra el que dejó 50 toques, un 89% de precisión en las entregas y un pase clave, fue indetectable para Keidi Baré, Darder y Pedrosa. Además, favoreció la presencia de Yeremy Pino en el área. Lo Celso es un futbolista fantástico.
El faro de luz
Alejado del brillo de su primera temporada en la Real Sociedad, David Silva (36 años) retomó la dirección adecuada frente a Osasuna. El canario completó una faena interesantísima. A diferencia de otros partidos, se despegó de las vigilancias contrarias, intuyó dónde mostrarse para incomodar al otro (42 toques en el tercio central) y se desgastó en el trabajo sin balón (24 acciones de presión). Lo mejor de su repertorio se plasmó en el pase a Gorosabel que forzó el saque de esquina del gol de Elustondo. Hay pocos jugadores que vean con más claridad los espacios. Pero aunque su espacio natural es la mediapunta, no está nunca de más que desarrolle sus cualidades en otras zonas. El apagón de la Real necesita de la luz de Silva. Su condición de jugador diferente implica esta exigencia.
Los tres centrales
Al fútbol le mueven las paradojas. Cuando nadie daba ya un duro por el Levante, el equipo granota se ha instalado en una dinámica ganadora asentada en la solidez defensiva. El cambio a los tres centrales de Lisci, con algún borrón en el inicio, véase el duelo ante el Betis, ha remozado al Levante. Contra el Elche protagonizó 67 acciones buenas en área propia y en los últimos tres encuentros en los que no ha perdido recibió de promedio nueve remates por partido, casi cinco menos de su media anterior. De su novedosa competitividad habla la tabla clasificatoria. Cada vez reduce más su distancia con la salvación.