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La ITV de Vallecas. Si quieres ganar una Liga con mayúsculas y sin mala conciencia, tienes que superar la dura prueba de tumbar al Rayo en su feudo entusiasta de Vallecas. Así fue hace diez años, con la famosa ‘Liga de los Récords’. Mourinho entrenaba a aquel equipazo que alcanzó los 100 puntos y los 121 goles. En ataque eran una máquina que bailaba en torno a ese depredador insaciable llamado Cristiano, pero en esa tarde del 26 de febrero de 2012 (hoy se cumple justo una década) el Rayo de Movilla, Javi Fuego, Michu y Diego Costa se lo puso en japonés a ese Madrid que esa temporada vestía de rojo pasión. El 0-0, igual que pasaba hoy, parecía que iba a frenar al líder. Hasta que llegó una genialidad de Cristiano, que maquinó un gol increíble al batir a Joel con un taconazo... ¡a diez metros de la portería! Ese solitario gol dio tres puntazos de oro. Pues diez años después se repitió la historia. Las gafas del marcador parecían inamovibles, y más con un inspirado Luca Zidane, que había abortado dos claras ocasiones de Asensio. Hasta que Vinicius y Benzema frotaron la lámpara y diseñaron un gol en 5-D, un gol de dibujos animados, un gol de pinacoteca. Pared de porcelana, control artístico de Vini, amago pinturero, Luca al piso y pase perfecto del brasileño para que Karim ponga su bota izquierda para sellar un triunfo decisivo en la carrera por la Liga 35. Un gol que salió de la chistera de estos dos Houdinis del fútbol, que parecían aletargados en la fría tarde de Vallecas hasta que incendiaron la tarde con esa obra de orfebrería. Por eso Ancelotti no los rota nunca. Su confianza infinita en ellos tiene premio.

Factor Courtois. En los últimos seis partidos oficiales jugados por el portaviones de Carletto (Athletic, Granada, Villarreal, PSG, Alavés y Rayo), Courtois ha dejado cuatro porterías a cero y solo ha encajado dos goles, los de Berenguer y Mbappé, ambos en los últimos minutos en Bilbao y París. El gigante belga ha convertido su arco en una caja de cerillas. Guardiola, Mario Suárez o Trejo solo veían portero cada vez que intentaban llegar con peligro sobre la portería del líder. Recuerdo que las cinco Ligas seguidas de la Quinta del Buitre se cocinaban primero con paradones de Buyo, con 0-0 en el marcador, antes de que los Míchel, Butragueño y Hugo Sánchez fabricasen goleada tras goleada. Pues antes del golazo de Karim-Vini fue Courtois el que tuvo tres intervenciones que despejaron las dudas y los temores clasificatorios.

Experimento Valverde. Durante 36 minutos, el uruguayo desarrolló el papel que tendrá ante el PSG en la soñada remontada del 9 de marzo. Ancelotti suplió a Casemiro (será baja ante los franceses por tarjetas) y puso el centro del campo del día más soñado por los madridistas en mucho tiempo. Kroos de ancla y Valverde y el omnipresente Modric por delante del compás alemán. Fede Valverde dio dinamismo y verticalidad al juego. Me gusta esta variante del equipo. No creo que a Pochettino le haga mucha gracia.

Factor Laporta. Ayer mismo vimos cómo Laporta, en su afán por convertir en normal que un club como el Barça festeje un pase a octavos de la prestigiosa Europa League como si fuese una Champions, aseguró sin ruborizarse que “ganar la Liga sigue estando en nuestras aspiraciones”. El presidente azulgrana olvida que esas declaraciones se comentan en el vestuario de Valdebebas. Y motivan aún más a los hombres de Carlo para apuntillar la conquista del título cuanto antes. De hecho, hay una semana entera para preparar la visita de la Real al Bernabéu del próximo sábado. Otra final más. Y cuatro días después, la gran noche ante el PSG. ¡Allá vamos!