Un empate que ya no se ve como bueno
En cualquier otro tiempo y habida cuenta de las bajas que acumula el Sevilla, en el que ya se cae hasta Julen Lopetegui, un empate en Mestalla no se hubiera acogido con demasiada pena, por mucho que este Valencia parezca a años luz de sus días más dorados y de que el tempranero autogol de Diakhaby presagiara una noche relativamente cómoda. Dos factores, sin embargo, sugieren más negatividad que sensaciones positivas para los sevillistas tras dejarse dos puntos: uno, no poder lamerse las heridas de la reciente eliminación copera ante el Betis; y dos, el pinchazo evidente que sufren las (para éste que escribe utópicas) aspiraciones de levantar el título liguero 2021-22.
Sucede que en Sevilla se lo empiezan, o ya más bien empezaban, a creer. Y no sólo en Sevilla: también en los centros de poder (Madrid y Barcelona) les daban ya a los nervionenses la categoría de serio aspirante. Más espacio en los periódicos, en las radios y en las tertulias televisivas y hasta comentaristas estrella (el gran José Sanchís, en Movistar, por ejemplo) para narrar de manera habitual encuentros como el de anoche. Aunque todo ese mimo mediático amenazará ahora con menguar. Porque después de varios partidos (Bilbao, Cádiz, Getafe...) de sudar la gota gorda para sacar los tres puntos, el equipo de la casta y el coraje se dejó a orillas del Turia un trozo importante de su sueño de campeón.