Un punto que no saca de pobre
El cambio de propiedad, unido a un licenciamiento general en todos los puestos de responsabilidad, es inaplazable en el Real Zaragoza. Y no sólo por los gravísimos problemas de tesorería que deben resolverse antes de dos semanas, sino porque el equipo de Juan Ignacio Martínez descorazona ya a los más firmes partidarios del técnico y a los zaragocistas más optimistas.
El Zaragoza se trajo de El Toralín un punto que no le saca de pobre y que le tiene postrado en la parte baja de la clasificación, con seis puntos de ventaja sobre el descenso, pero a diez ya del ‘playoff’ que con tanto triunfalismo vendió en septiembre el director deportivo Torrecilla. Los números son contundentes: el Zaragoza sólo ha ganado uno de los últimos siete partidos y únicamente ha marcado dos goles. ¡Dos goles en siete partidos! JIM, Torrecilla y algunos jugadores, como Álvaro Giménez, han intentado camuflar el problema, pero a nadie escapa que la falta de gol es sencillamente terrorífica.
El Zaragoza fue a la deriva durante toda la primera parte. Ni atacó ni defendió y sólo lo sostuvieron las paradas de Cristian Álvarez frente a una Ponferradina muy superior. El equipo aragonés mejoró en la última media hora del encuentro y dispuso de un par de ocasiones, pero nunca atacó con convicción y determinación. Nunca fue a buscar la victoria, ni corrió el menor riesgo.
JIM debería preocuparse bastante más por recomponer la figura de su equipo, cuyo desplome no hay quién lo camufle, que por intentar esconder la lista de convocados, que es en lo que estuvo hasta primera hora de la tarde del sábado.