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Isco: una historia desesperante

En tiempos normales, es decir, si Isco hubiera querido, Carlo Ancelotti no hubiera tenido dudas. Un jugador del talento del malagueño hubiera sido titular esta noche contra el Valencia. En tiempos normales, sí. Pero Isco ha transformado lo que hubiera sido su normalidad en una triste realidad. La de un gigantesco desperdicio, de lo más cruel que ha conocido el Madrid en su historia moderna. Porque, ahora mismo, el futbolista español está para jugar 12 minutos en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra un club de tercera categoría. Tal y como ocurrió el miércoles frente al Alcoyano. No exagero con estas palabras, como tampoco exageró Zinedine Zidane la primera vez que habló con Isco nada más llegar al banquillo del primer equipo.

Es una historia que ya conté en su día, pero que me parece tan significativa que merece ser recordada para darnos cuenta de la magnitud del fracaso de este jugador. Zizou le convocó en su despacho y le puso por las nubes. "Si quieres, puedes llegar a ser el mejor jugador del mundo", le dijo el entrenador marsellés a la cara en varias ocasiones. El francés, apoyado en su admiración y en sus intenciones por su adjunto, David Bettoni, quería darle un puesto esencial en su once, hacer de él una referencia, un imprescindible. Isco dejó pasar todas la oportunidades. Y todas las que le ofrecieron los demás técnicos. Una pena. Una gran pena.