Ancelotti ya está en el santoral madridista
Hay escenas que quedan impregnadas en la retina de la memoria. El madridismo vio entusiasmado el sincero, emocionado y afectuoso abrazo que Ancelotti se dio con todo su cuerpo técnico nada más acabar al derbi del Bernabéu. Acostumbrados al profesionalismo extremo que impulsa a menudo el control medido de los comportamientos públicos de jugadores y entrenadores, se agradece que a sus 62 años este italiano sereno, sensato y educado en Reggiolo (un coqueto pueblecito de la provincia de Reggio Emilia de apenas 9.000 habitantes) muestre orgulloso su satisfacción y plenitud por ser, por segunda vez, el entrenador del Real Madrid.
Ancelotti dice sentirse un "privilegiado" y que ojalá pueda estar en el Bernabéu tantos años como el Cholo en el Atleti. Pero también el Madrid es un privilegiado por tener al italiano como responsable técnico. Sin estridencias, sin soberbia, sin creerse el ombligo del mundo, con mano derecha cuando toca y con izquierda siempre que uno de sus hombres atraviesa una etapa complicada. Carletto solo lleva dos cursos y medio aquí (2013-14, 2014-15, 2021...), pero ya está entre los grandes de la historia del club. Ha alcanzado a Luis Molowny (inolvidable el canario) y no tardará en coger a Beenhakker y Mourinho. Ojalá Ancelotti sea nuestro Ferguson. Aficionados y jugadores están de acuerdo.