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PSG, mucha pegada, poco juego colectivo

Considerado en verano como el gran favorito a ganar esta Champions, el PSG ha dejado dudas en sus primeros meses de temporada y su candidatura ya no está tan clara como cuando cerró el mercado y logró retener a Mbappé y fichar a Messi. Es líder indiscutible de la liga francesa con trece puntos de ventaja con respecto al segundo, algo que se daba por descontado pero que representa una novedad con respecto al año anterior, cuando perdió el torneo doméstico frente al Lille. Y es que en su campeonato le basta con la tremenda calidad individual de sus atacantes para marcar diferencias, pese a no acabar de alcanzar un nivel alto desde un punto de vista colectivo. Ha sido en Europa donde sus defectos han sido más visibles, ya que ha sido incapaz de ganar en ninguno de sus tres partidos como visitante en la Champions: empató en Brujas (1-1) y en Leipzig (2-2) y cayó en Mánchester ante un City que le pasó por encima (2-1). Ya en la ida los de Guardiola habían dominado el juego pese a caer por 2-0 por una cuestión de pura pegada.

Tres jugadores que no defienden. El gran problema que se ha encontrado Mauricio Pochettino es la escasa implicación en la presión de los tres cracks del equipo: Messi, Mbappé y Neymar juegan muy separados del resto del bloque y tienen una actitud pasiva a la hora de apretar la salida de balón del rival o de regresar a su campo cuando el contrario les ha superado. Evidentemente, son los que le ganan los partidos, por lo que su presencia en los onces no se discute, pero a menudo convierten a su equipo en un bloque en el que sólo defienden siete.

La duda de Di María. Ante este panorama, el entrenador argentino ha optado por preferir a jugadores con mucha energía y sacrificio en el medio campo, como Paredes, Ander Herrera o Gana Gueye. De este modo, Di María está teniendo dificultades para entrar en los onces titulares, ya que Pochettino no acaba de atreverse a formar con cuatro talentos en ataque y se protege un poco más con el 4-3-3.

La rotación en la portería. La coexistencia en la misma plantilla de dos teóricos titulares como Donnarumma y Keylor supone otro problema para Pochettino a la hora de gestionar el grupo. Por ahora los está alternando, sin decidirse por ninguno como número uno claro.

Lo mejor…

Pegada absolutamente descomunal. Les resuelve partidos y tapa sus carencias.

Marquinhos es un bastión. Es el que sostiene defensivamente al equipo.

Lo peor…

Poca costumbre competitiva en su Liga. Puede pesarles en la Champions.

El lateral izquierdo. No se ha asentado nadie en esa posición en los últimos años.