Qué Alexia Putellas haya sido Balón de Oro sólo tiene un nombre: justicia. Hoy comienza una nueva era, se dice adiós a las Rapinoe y compañía para dar a conocer a jugadoras que se llevan estos galardones por sus méritos, no sólo por su nombre. La centrocampista catalana fue la brújula que guio al Barcelona a conquistar la Champions por primera vez en su historia. No es casualidad. Con unas piernas privilegiadas y una cabeza perfectamente amueblada ha logrado derribar un muro que parecía imposible. El primer Balón de Oro de España ya está aquí.

Todos los focos merecen estar hoy sobre ella. Y sobre Jenni, Sandra e Irene. No en los Benzema ni Messi. Tenemos una suerte tremenda. Todas ellas son españolas y llevarán nuestra bandera pronto a lo más alto del fútbol europeo y mundial. Por eso, por su trabajo en la sombra, de campo en campo, tarde tras tarde, soñando por un hobbie, han logrado brillar en París. Su afición ha pasado a ser un trabajo más que digno.

Pero no se confundan. Mañana volverán a ser esas mismas chicas humildes que lo dan todo en el campo y se dejan el alma por brindarles un futuro mejor a las niñas que las idolatran. Esas que ya las siguen en los partidos, que corean su nombre. Vale más que mil Balones de Oro eso. Las jóvenes españolas quieren ser Alexia y no Messi como antes.