Craviotto, el 'dios del deporte' español
Fue Marcus Cooper, compañero de Saúl Craviotto en el K4 que se colgó la plata en Tokio, el que dejó una de las frases de los Juegos cuando quiso ensalzar la figura del piragüista catalán: "Es un dios del deporte". Desde luego, sus cinco medallas en Juegos deben ser una buena llave para ese Olimpo de las leyendas. Si un metal es el resultado del descomunal esfuerzo que se lleva a cabo durante el ciclo olímpico de cuatro años, que un deportista cuente con éxitos en Pekín 2008, Londres 2012, Río 2016 (por partida doble) y Tokio 2020 hace que sea difícil imaginar lo que ha tenido que trabajar para no abandonar ese podio olímpico y colocarse a la altura de otro icono de la piragua, David Cal.
Y mientras Saúl se iba convirtiendo en uno de los mejores deportistas de la historia, hasta el punto de ser abanderado español en Japón junto a Mireia, también descubrimos que cuando se bajaba de la piragua había un policía que patrullaba por Gijón, y que como a tantos otros colectivos le tocó vivir la pandemia en primera línea. O cómo su sencillez le convertía en uno de los concursantes más populares de un programa tan seguido como MasterChef. Incluso su cara más familiar, esa que echa de menos cuando el deporte le obliga a alejarse de casa. Un privilegio para el piragüismo y el deporte español del que se empiezan a acabar los calificativos.