El Atlético logró un triunfo más sobrio que vistoso

Antes del partido, las previsiones no eran muy halagüeñas, `pues al parón de selecciones que los rojiblancos no digieren bien, se le sumaba un Osasuna, que con Arrasate, es como ir al dentista. Como ya demostraron en el Bernabéu, el trabajo de los interiores y el compromiso de Kike García y el Chimy a la hora de cerrar pases interiores, los rojillos te suelen dejar poco espacio para crear por dentro. A pesar de tener herramientas, Griezmann, Correa, Carrasco, Llorente y Lemar, los rojiblancos no terminaron de encontrar los caminos para hacerle daño a Sergio, chocó el ofuscamiento de los del Cholo a la hora de buscar más de 40 centros laterales, algo que potenciaban las grandes vistudes de Unai y David García.

Estando Llorente con la correa corta en su solidaria labor de estar más pendiente de echar una mano a Koke en vez de tener más presencia entre central y carrilero izquierdo rival, los rojiblancos chocaban una y otra vez en el muro rojillo. Solo Carrasco, que estuvo a otro nivel, entendiendo las necesidades del partido, buscando el uno contra uno por fuera, el belga es una bendición a la hora de crear y currar. Después de los antecedentes y del rival, los del Cholo consiguieron una importantísima victoria, donde por búsqueda y acercamientos merecieron, más por su sobriedad que por su vistosidad.