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Partidazo a la vista en Almería

Valladolid

No va más. Estamos ante el mejor partido posible de la categoría en el momento actual. Con todos los respetos para el Eibar, para los dos canarios y para la sorprendente Ponferradina, Almería y Real Valladolid son los dos equipos más temidos de la competición. Los de Rubi por sus números, espectaculares, y la sensación de ser el equipo más compacto y fiable en lo que llevamos de temporada. Y los de Pacheta, porque cuando se ponen a jugar al fútbol son los mejores y porque configuran la mejor plantilla de la categoría. De hecho, Almería y Valladolid son los dos mejores equipos de la clasificación de las últimas cinco y diez jornadas. Son los que más en forma están y de no haber sido por los batacazos de Burgos y de Amorebieta, el conjunto pucelano estaría mañana en disposición de asaltar el liderato en la tabla en caso de conseguir la victoria.

Por tanto, el razonamiento me parece incontestable y nos garantiza un verdadero espectáculo mañana, un combate de boxeo en el que los dos púgiles van a buscar la victoria por KO porque saben las consecuencias que puede generar ese triunfo en este duelo. Es verdad, y así lo hemos venido diciendo a lo largo de la semana, que el partido no es una final, pero sí es muy importante. Creo que se juega más el Valladolid. Si el Almería pierde seguirá distanciado con seis puntos de los pucelanos, pero si los de Rubi ganan lograrán ampliar su ventaja a doce puntos, a cuatro partidos de ventaja ganados. No sería definitivo pero sería un golpe tremendo de los andaluces encima de la mesa.

Se ha especulado con la posibilidad de que el Valladolid considere bueno un empate y que no vaya a salir a tumba abierta a jugar el partido. Estoy de acuerdo en que no se puede jugar un partido alocado, pero los vallisoletanos no pueden renunciar a sus señas de identidad. Deben querer tener el balón y buscar la victoria. Será determinante, por supuesto, el orden defensivo, pero teniendo en cuenta que la mejor arma blanquivioleta es su fútbol de ataque. Ahí marcan diferencias.

Y me apetecen mucho dos duelos individuales. Por un lado, el de Weissman y Umar Sadiq. Se está hablando mucho del nigeriano al que se sitúa incluso en la agenda del Barcelona para el mercado invernal. Veremos como gestiona tanto revuelo a su alrededor ante el delantero de Israel. Son dos jugadores diferentes que tienen como sello particular su facilidad para hacer gol. El que esté más acertado puede desequilibrar la balanza. Y me apetece también calibrar el duelo de banquillo. La vehemencia y valentía de Pacheta con la mayor frialdad y control de todo de Rubi. Dos buenos entrenadores pero cada uno con su estilo reflejado en sus respectivos equipos. En resumen, todo son alicientes para vivir intensamente este choque. Ojalá que Almería y Valladolid coronen su trabajo con el ansiado ascenso en el final de la temporada. Lo de mañana será un paso más, bastante grande, pero uno más.