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Daniel Alves, "dalo por hecho"

"Primer fichaje de la era Guardiola: Daniel Alves, 25 años. Primer fichaje de la era Xavi: Daniel Alves, 38 años". Le cojo la frase prestada a mi colega Pete Jenson, fino analista del Daily Mail. Son un par de frases y un par de datos. Pero tienen muchísimo de reflexión. Así está a día de hoy el Barça. De dinero y, sobre todo, de líderes. Porque detrás de su casi segura incorporación está la búsqueda de liderazgo en el vestuario, de orientación para los jóvenes, de apoyos para Xavi, que no deja de estar en su primera experiencia en el fútbol de élite y en uno de los clubes más exigentes del mundo por más que lo conozca.

Daniel Alves jugó más de 33.000 minutos en el Barça, dio más de 100 asistencias y es difícil pensar que haya habido un lateral derecho mejor en la historia del club azulgrana. Alves, que para muchos sevillistas es el mejor jugador de la historia del club incluso por delante de Kanouté, es mucho más que un jugador de fútbol. Es un tipo hecho a sí mismo que no sabía ni dónde estaba cuando aterrizó en Sevilla después de que Antonio Fernández advirtiese a Monchi de que había visto a un jugador distinto en un Sudamericano Sub-20.

Daniel Alves tiene ya 38 años y no va a ser el jugador que dominaba el juego del Sevilla desde la banda derecha (Poulsen le hacía las coberturas y él dirigía la orquesta de Juande). Tampoco el animal que iba y venía por la derecha y que fue el mejor socio de Messi durante años, hasta que sus desencuentros con Bartomeu le alejaron del club. Ha perdido plenitud física. Pero, aun así, demostró en los Juegos Olímpicos de Tokio que sigue siendo un futbolista capaz de competir y, sobre todo, capaz de ayudar al club en este momento tan precario. Es difícil saber cuánto puede dar Daniel Alves, cuánto de energía le queda ahí dentro, y puede que seguramente no sea el fichaje ideal a sus 38 años para un club en reconstrucción. Pero de lo que no se puede dudar es que se dejará el alma. Es un tipo con palabra. Una noche, cuando ya era jugador del Barça, no quiso perderse la celebración de la Copa Davis de la selección española cuando había tumbado a Argentina. Faltaba justo una semana para el Clásico y, seguramente, no tuviese permiso ni de Guardiola. Pero allí estaba Daniel. Un culé, preocupado por la visita al Bernabéu, le pidió que ganasen como fuera en Madrid. Alves contestó: "Dalo por hecho". El Barça ganó 1-3.