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Falcao se lleva por delante a Koeman

Cuesta abajo en la rodada, el Barça pegó otro cante en Vallecas, donde sólo tiró una vez a portería, y de penalti. Y puestos a decirlo todo, para fallarlo. El Rayo, una buena construcción de Iraola, se manejó bien todo el partido y ganó con un gol de Falcao, que retrató a Piqué con un regate seco, en el área, que le abrió espacio para un zurdazo estupendo. Todo a pase de Trejo, que le había birlado antes la cartera a Sergio Busquets. Falcao es una perla internacional en la delantera de un equipo modesto. Un vicio que el Rayo se da de cuando en cuando, recordemos a Hugo Sánchez, Polster o Morena. Aquellos le funcionaron, este también le está funcionando.

La nueva caída liquida a Koeman y deja aún más desacomodado a Laporta, cuyo optimismo de acero (le robo la imagen a Valdano) está sufriendo continuas pruebas. Lo mismo que su crédito. A pesar de que en vísperas de su visita al Metropolitano aseveró que había despejado cualquier duda sobre él y le ratificó enfáticamente, la derrota en Vallecas aceleró el desenlace. Echarle exige encontrar un sustituto creíble y dinero para la operación, que aunque no sea mucho siempre será demasiado para el Barça de estos días, que todavía ni ha cerrado el finiquito de Quique Setién. Pero la situación era ya insostenible y tras el partido fue sustituido.

Ni siquiera servirá de consuelo el pinchazo posterior del Madrid en el Bernabéu, donde Osasuna acreditó su condición de visitante incómodo. Se encerró, esperó, no se desordenó y se llevó un punto, adornado por un remate al palo en su único pero magnífico contraataque. El Madrid intentó entrar, pero se limitó a la banda izquierda, en el primer tiempo con Vinicius, y a partir de la entrada de Marcelo, con prometedoras combinaciones entre ambos. Benzema apoyó bien, pero no hubo juego suficiente para penetrar en aquella espesura. El empate provoca un cuádruple empate a 21 puntos en cabeza. El Barça, noveno, los mira desde lejos.