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Un empate que vale para poco

Ni adelantándose en el marcador es capaz el Zaragoza de ganar un partido. En Montilivi lo tuvo todo a su favor para romper su histórica racha de empates, pero a tres minutos del final se le escapó una victoria con la que ya contaba. El equipo no pierde, pero no le gana a nadie y continúa en puntuación de descenso, con todas las alarmas encendidas antes de recibir al Mirandés en La Romareda.

JIM anunció en las vísperas que jugaría un “once físico”, pero la revolución fue mucho más allá de lo esperado. Nada menos que ocho novedades en la alineación: Lluis López, Chavarría, Petrovic, Francho, Bermejo, Adrián, Nano Mesa e Iván Azón. Sólo Cristian Álvarez, Fran Gámez y Jair se mantuvieron en el once respecto de la última jornada.

La igualdad presidió la primera parte en Montilivi, igualdad por lo bajo. Dominio alterno, pero sin atrevimiento en ninguno de los dos equipos. Los dos nadaron y guardaron la ropa, por temor a un error fatal. A un centro chut de Álex Baena que se paseó por la portería de Cristian Álvarez, respondió Adrián con un cabezazo marca de la casa que se fue rozando el poste. No hubo mucho más, salvo dos goles correctamente anulados al Girona, el segundo al filo del descanso, VAR mediante.

El Zaragoza volvió algo mejor del descanso, más activo y decidido, y obtuvo premio a veinte minutos del final, cuando el argentino Vada, recién salido al campo por Adrián, culminó de un zurdazo un gran pase de Fran Gámez y firmó su cuarto gol del campeonato. Pero en este Zaragoza las alegrías duran muy poco y cuando el partido agonizaba, Stuani puso las tablas en el marcador y enfrió de golpe lo que pudo ser una buena alegría. Y lo peor es que acabó lesionado Vada.