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El Pucela dio en Gijón el golpe en la mesa que necesitaba

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Victoria vital, capital, la del Valladolid en Gijón. Con el oficio necesario y que ya se atisbó en Leganés. En un campo muy complicado, ante un rival que atraviesa un buen momento físico y anímico y que no había cedido ni un solo punto en su estadio. Triunfo incontestable y con signos de que lo mejor está por venir. Lejos quedan ya esas tres derrotas consecutivas que tanto daño hicieron. Ahora, el equipo de Pacheta sale a cada partido a ganar y cuando no lo logra se queda a punto de conseguirlo tras merecerlo como ante el Málaga e Ibiza. No se trata de lanzar las campanas al vuelo, queda mucha Liga, pero sí de abandonar el pesimismo anterior para dar paso a la ilusión tangible de que este equipo pueda recuperar al final de la campaña la Primera División.

En un partido, hoy en El Molinón, completo, pero en el que sobresalieron dos hombres que rindieron al máximo nivel. Me refiero a El Yamiq y a Roque Mesa. Uno, el marroquí, insuperable en defensa. Fue el gran líder que el equipo necesita para ser sólido atrás. Mientras, el partido del canario fue espectacular. Marcando el tempo, trabajando atrás, rompiendo líneas con su juego y dando una exhibición de derroche físico y futbolístico en la jugada del segundo gol. Llevo bastante tiempo destacando la labor de Roque Mesa mientras compruebo como mucha gente le niega el pan y la sal. Creo que no hay debate y que estamos ante el pilar fundamental del Valladolid y ante uno de los mejores jugadores de la categoría. Esperemos que las lesiones le respeten porque para Pacheta es la pieza fundamental.

Muy bien Roberto en portería, siempre acechando Weissman y alcanzando su nivel Gonzalo Plata. La llegada del ecuatoriano no fue fácil ya que Ronaldo tuvo que anticiparse dado que eran varios equipos de Primera los que le pretendían. El paso del tiempo delata el acierto del club con su incorporación ante algún descarte de última hora del que se habló más de la cuenta y de lo necesario. Vino Plata que era quien tenía que venir.

Y ahora el Éibar y después el Amorebieta y después... queda mucho por remar, pero la sensación al final de esta intensa semana con tres partidos es que los de Pacheta empiezan a demostrar lo que toda España afirma y que muchos pusieron en duda en Valladolid tras las tres derrotas consecutivas, que son una gran plantilla. Y ahora empiezan a ser un muy buen equipo. Calma y tranquilidad, que todo llega. De momento, disfrutemos de esta gran victoria que merecido se lo tiene esta sufrida afición.