Incluso perder el Clásico nos vale

En esta jornada de Champions nuestros equipos han dejado muy buenas sensaciones. El Madrid y el Villarreal no tuvieron rival (bueno, el Submarino sí), el Atlético lo intentó, el Barça aburrió a las moscas y al Sevilla esta temporada le falta gol. Parecía que nos íbamos a conformar con quedarnos fuera antes de tiempo pero visto lo visto podemos luchar hasta bien entrada la primavera. Eso de llegar a las finales y ganarlas vamos a tardar mucho en verlo, pero al menos formaremos parte del show de la Champions, aunque cada vez cueste todo más caro.

Antes, llegar a una final y perderla era un fracaso: jugadores quitándose la cinta azul que rodea su cuello como si les produjera urticaria, tirándola al suelo, llorando desconsoladamente, lamentándose en el césped…con lo que cuesta llegar allí. Te da la sensación que incluso es mejor caer en fase de grupos para no desgastarse tanto por un simple subcampeonato sino fuera por los euros.

Lo mismo ocurrirá con el Balón de Oro el 29 de noviembre. Sea quien sea el vencedor de los 30 nominados, solo uno de entre Messi, Ronaldo, Lewandowski, Benzema o Jorginho sonreirá. Creo, que al menos los otros tendrán la cortesía de felicitarle. Es algo que en otros deportes no ocurre. En atletismo o en natación por ejemplo, la medalla del segundo clasificado es un motivo para llorar de alegría, aunque a veces en sus declaraciones podamos intuir ese sentimiento de "uy… por los pelos" lo que podía haber sido por unas milésimas de segundos.

Esta temporada, algo ha cambiado. No ganar el Clásico, el partido más importante del año para muchos, no será un fracaso. Dejará otras sensaciones. Después de escuchar a los aficionados culés, corear el nombre del Kun, quien hace nada acaba de llegar, o de otorgarle galones 'messianos' a Ansu, queda claro que el nivel de exigencia sigue en la línea de "es lo que hay". Así, que unos y otros se conformaran con no ser goleados.

Si a esto sumamos el nivel de nuestra Liga y las ganas que les han entrado a algunos de comprar clubes, hay que saborear al máximo todos nuestros partidos valorando no solo el resultado, hasta que algún día podamos recuperar la gloria perdida. Cada partido que ganamos o que lo luchamos hasta el final debe servir para darnos un poquito de ilusión por lo que pueda pasar en el futuro. Es cierto que a algunas ligas, no les importa el camino sino gastar muchísimo dinero, para que sea como sea llegar a la cima y satisfacer los caprichos de los súper poderosos y de paso repartir un poquito de alegría entre los aficionados.

Es muy cruel pensar que perder es un fracaso o una vergüenza. Deberíamos entender que, a veces, no ganar es un logro en sí mismo. Entender esto, haría al deporte un poco más sano y un poco más gratificante. Está claro que en este fútbol, al contrario de lo que opina Pau Gasol, el viaje no importa tanto como el destino.