El adiós de Messi en la Asamblea
Talento. A Laporta hay que reconocerle que, a diferencia de Bartomeu, que tenía el carisma de una nevera, es un fabuloso vendedor de ilusiones. Ayer, en una entrevista concedida a Sport, proclamó la "resurrección" del Barça. "Me ha salido así", dijo. Y puede que así sea, porque improvisa como nadie, es un fantástico orador y, encima del escenario, no se recuerda presidente del Barça como él. Así pues, para lo bueno o para lo malo, la Asamblea de hoy será recordada ya para siempre como la de la resurrección.
Programa. Laporta ha conducido con habilidad las dos semanas previas a su encuentro con los socios. Ha mandado de gira a dos de sus vicepresidentes, Elena Fort y Eduard Romeu, para que le recuerden a los socios cuáles son los puntos del día importantes para que el club camine: el crédito de 1.500 millones que financiará el Espai Barça, y que el club no pagará ahora sino con los ingresos de explotación cuando la obra esté acabada (eso ya estaba en el plan de la anterior directiva); y la suspensión del artículo 67 para que pueda seguir en la presidencia aunque el año que viene el club vuelva a dar patrimonio neto negativo. Eso, unido a la foto de la renovación de Pedri como símbolo de un nuevo tiempo, y a algún caramelo que pueda reservarse, permite augurarle un triunfo sencillo en la Asamblea. Pero, ¿y Messi?
Media hora. En agosto, Laporta convocó a los medios para hablar por primera vez del adiós de Messi. Se podía intuir que estaría en un aprieto. Sin embargo, apareció la famosa carta de diez puntos de Bartomeu en la agencia Efe. Jan vio el cielo abierto y lo trituró con 28 minutos de intervención sin ayudarse de un solo papel. Para cuando terminó su exposición, ya casi no quedaban ganas de preguntar por el argentino. Esta semana, Bartomeu ha vuelto a su rescate con su aparición en los medios. Como su gestión es indefendible, Laporta apenas le ha dedicado tiempo ahora a la respuesta. Simplemente le ha tildado de "persona desesperada". La carga la prepara para la Asamblea, donde es obvio que Messi no aparece en el orden del día. Sin embargo, resulta extraño, en una entidad tan viva como el Barça, que el adiós del jugador más importante de la historia del club no vaya a ponerse encima de la mesa esta tarde, aunque sea en un debate caliente. Las incógnitas del adiós, la comida de Lleida, la cena en casa de Laporta, lo urgente de la despedida, los vaivenes con CVC. Eso sí sería transparencia, señor Reverter.