Ejercicio de sinceridad de JIM

Hasta hoy mismo, el más que preocupante rumbo del Real Zaragoza, con sólo una victoria y cinco goles a favor en nueve jornadas, se explicaba desde el discurso oficial hablando de mala suerte, de una racha desgraciada o de que la pelota ya entrará, pero Juan Ignacio Martínez, el menos culpable de la deriva del equipo, pero el más expuesto por su cargo de entrenador, ha decidido cambiar el paso dialéctico y empezar a reconocer el problema. “No puedo vender humo; hay que hablar poco y hacer mucho”, ha dicho este mediodía, antes de añadir: “Aquí no se trata de merecimientos, sino de marcar un gol”.

JIM, al que el desgaste y la soledad de un entrenador que no gana partidos ya se le adivinan en el rostro, ha aprovechado su conferencia de prensa para hacer un ejercicio de reflexión y autocrítica sincera, que ha alcanzado su máxima expresión en esta frase: “La temporada pasada muchas veces ganábamos y no sabíamos por qué”.

Y aquí está, sin duda, el origen de muchos de los males del Zaragoza 2021-22, porque no faltan dentro del club los que pensaron -y aún piensan- que la temporada pasada había equipo para muchísimo más que pelear de forma agónica por evitar el descenso. Y esos mismos creen -o creían hasta hace unos días- que este año había plantilla para luchar por el ‘playoff’ prácticamente sin bajar del autobús, como decía Helenio Herrera.

Pero las cosas se han torcido, como se torcieron desde el principio el curso pasado, y el triunfalismo del director deportivo Torrecilla, cuando habló de “estar en la pomada”, tiene que gestionarlo ahora JIM ante la cruda realidad del fútbol. Y seguir apelando al infortunio era obligar a la sufrida parroquia del Zaragoza a un acto de fe que ya prácticamente nadie está dispuesto a comprar por mucho que se le insista.

Queda mucho campeonato y hay tiempo para reaccionar y salir del pozo de la clasificación, pero lo primero era admitir que la falta de eficacia de los atacantes ya no hay quien la camufle.