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Carletto tiene jamón y caviar en su mesa

A los que no lo conocen bien les extrañó que Ancelotti no aterrizase en el Madrid con una lista interminable de exigencias en forma de fichajes, algo que estilan entrenadores también consagrados como Mourinho o Simeone. Él no es partidario de apretar al club con inversiones que luego se pueden volver en su contra. Mira el jamón que hay sobre la mesa y, entre plato y plato, le llega alguno de caviar. El Beluga lo garantizan Casemiro (ahora en baja forma), Kroos y Modric, la Santísima Trinidad del Madrid de las tres Champions. Estando a tope, los tres son para mí indiscutibles...

Pero Carlo se encontró también al llegar al modernísimo vestuario de Valdebebas a un jugadorazo como Valverde (el todocampista uruguayo le tiene hechizado), al que se ha añadido Camavinga (jamón de 5 Jotas que se ha ganado desde el primer día el cariño del Bernabéu) y Asensio, descubrimiento de Ancelotti para una posición que nunca disfrutó el mallorquín en la era Zidane: la mediapunta por detrás de Benzema. Este tridente sin arrugas, que suma solo 65 años en total, jugó de inicio ante el Mallorca y a los isleños les cayeron seis. Un aviso solvente de que el Plan B está activado.

Por si fuera poco y en caso de emergencia (sanciones, lesiones...), el italiano dispondría de un tercer tridente para su medular. El que yo llamo 'centro del campo andaluz'. Antonio Blanco, el Casemiro de guardia, es cordobés (de Montalbán). Ceballos (¡recupérate pronto, crack!) es sevillano (de Utrera). Y falta Isco, que es malagueño (de Arroyo de la Miel). Los tres andaluces asumen su rol secundario (o terciario), pero cuando les llegue la oportunidad estarán a la altura. Blanco tiene inteligencia táctica y hará de Casemiro cuando se lo pidan. Isco ya fue un revulsivo para Carletto en la final de la Décima. Y Ceballos es canela en rama. Un plantillón.