Cómo juega Roberto Martínez
Entiendo perfectamente que los aficionados del Barcelona prefieran a Xavi Hernández como entrenador. Es una leyenda del club, y la identificación siempre es mayor cuando el hincha siente que le representa uno de los suyos. Sus declaraciones durante su carrera como jugador también lo dibujan como un defensor radical del estilo más purista de La Masia. Seguramente, si yo fuera seguidor azulgrana también querría a Xavi. Pero lo que no es justo es presentar al otro candidato al banquillo —según todas las informaciones— como si fuera una figura absolutamente opuesta en cuanto a sus postulados futbolísticos. No es ni justo ni cierto.
Los mayores reproches que se le han hecho a Roberto Martínez durante su carrera en Inglaterra han venido precisamente por lo que los hinchas locales, acostumbrados a un fútbol directo, consideraban una excesiva querencia por el toque. De hecho, lo que explica su meteórico ascenso desde la tercera categoría inglesa hasta la Premier League es su apuesta decidida por el fútbol asociativo, absolutamente revolucionario en divisiones en las que todo el mundo jugaba al balón largo. Los aficionados más críticos, incluso, ironizaban cuando él insistía en sacar la pelota jugada desde atrás o en priorizar absolutamente la faceta ofensiva del juego por encima de la defensiva con frases del tipo: “Cree que entrena al Barcelona, aquí no se puede jugar así”. Pero él siempre insistió y consiguió que sus equipos fueran, ante todo, muy bonitos de ver.
Y tampoco es cierto que sea un radical del sistema de los tres centrales. Ni en el Swansea ni en el Everton los utilizó nunca. Jugó siempre con línea de cuatro. En Wigan jugó también con cuatro los dos primeros años y medio y con tres el año y medio posterior. Ha sido en Bélgica donde ha usado de manera regular este recurso por tres razones: no tenía un lateral izquierdo en condiciones (así se inventó al Carrasco carrilero); le sobraban los centrales de buen nivel en la salida de balón; y el dibujo le permitía juntar por dentro a De Bruyne, Mertens y Hazard por detrás de Lukaku.