Hamilton se salva y Verstappen se retrata
Incidente de carrera entre Verstappen y Hamilton en el GP de Italia, pocas más interpretaciones admite su colisión en el circuito de Monza. Algo tan viejo y habitual como las carreras: dos aspirantes a la gloria, quizá los pilotos con más talento de la Fórmula 1 actual, que quieren ocupar el mismo espacio en el mismo instante. El resultado solo puede ser un choque entre ambos y su abandono de la competición, que deja la situación en el Mundial casi como estaba… solo que con una carrera menos, lo que beneficia claramente al neerlandés. Otra evidencia en lo sucedido es que Hamilton ha tenido la fortuna de que el arco de protección de los habitáculos se haya inventado, porque de otro modo en estos momentos quizá estaríamos lamentando una desgracia. El Red Bull trituró al Mercedes con su piloto dentro, la cosa podría haber sido muy grave.
La cita de Monza ha resultado emocionante, con resultados inesperados y manteniendo el interés en la lucha por el campeonato inalterada. Con todo, lo que menos me ha gustado ha sido la actitud de Verstappen tras el vuelo contra Hamilton, su indiferencia viendo a su rival debajo de su monoplaza. Es evidente que se habrá percatado de que estaba consciente, pero creo que por elegancia, compañerismo y deportividad hubiera sido lo suyo unas palabras o un gesto para confirmar que todo estaba bien. En lo deportivo resulta incuestionable la calidad de la joven estrella del equipo energético; en lo personal, sin embargo, creo que todavía le queda mucho por madurar y aprender. La ambición del triunfo es legítima y comprensible, tanto como exigible una actitud más ejemplar de los ídolos deportivos. Los campeones deshumanizados pierden mucho de su atractivo…